«Almacenados», el conflicto generacional y la precarización laboral

Puesta en escena con dramaturgia de David Desola, dirigida por Fernando Bonilla y protagonizada por el primer actor Héctor Bonilla y Sergio Bonilla; en el CENART

Ohmar Vera/Ciudad de México

La familia Bonilla regresa al escenario con la obra Almacenados en el teatro de las artes del CENART.

La puesta en escena con dramaturgia de David Desola, dirigida por Fernando Bonilla y protagonizada por el primer actor Héctor Bonilla y Sergio Bonilla, contará con una corta temporada hasta el 14 de noviembre.

Se trata de una comedia que cuenta la historia de Lino, quien luego de trabajar 29 años, será jubilado. Nin, un joven inexperto lo reemplazará, y pasarán cinco días juntos en un inmenso almacén vacío, donde aparentemente no pasa nada. La desesperación de la espera, el conflicto generacional y el peso de la gran mentira que es la conciencia de los perdedores, forjará entre ellos un vínculo inquebrantable, que también los unirá para siempre.

Sobre esta obra, Fernando Bonilla, actor, dramaturgo y director de escena comenta: «Brillante es el tono en el que está escrita la obra. Es una comedia; se nutre de este contraste entre ambos personajes para hacernos reír, pero es una risa que de repente puede ser dolorosa porque espejea nuestra propia realidad laboral en un sistema capitalista que nos explota y esclaviza y, a quienes tratamos salir de ese sistema, nos condena a convertirnos en nuetros propios explotadores.»

En obra que se estrenó hace casi diez años, Fernando Bonilla, quien también está a cargo de la escenografía y la música, toma como punto de partida un almacen vacío y olvidado para explorar la profundidad de los personajes.

«Me negué a llenar de artificios o a complementar con elementos escénicos muy complejos para abonar a esta desesperación. La iluminación, por ejemplo, de Alberto Lomnitz, también está muy decidida a llevarnos a un espacio frío, sombrío; cuando uno ve una fotografía o solo una imagen, nunca se imaginaría que es una comedia. Esa paradoja me resulta muy atractiva; el vestuario, la escenografía, todo es muy decadente, sin embargo, el público se ríe muchísimo durante la función.»

Para finalizar, Bonilla invita al público a ir al teatro como una alternativa para escapar de la sobre exposición a los medios audiovisuales que hemos vivido durante la pandemia.

«El teatro, por supuesto, es un refugio y contrapunto, y creo que es el mejor lugar para reencontrar nuestra humanidad y convocarnos para estar en comunion a través de la ficción.»