El Pequeño Teatro de Medellín, una metamorfosis de 40 años

  • “Cuando nosotros la presentamos en Argentina o en España, pues es la misma historia, de tener que irse, de violencia en su sitio. –Las dos hermanas están representando a un país. –Exactamente”.

Por Huemanzin Rodríguez

En
1975, en la ciudad de Medellín, en el Departamento de Antioquia, Colombia;
Rodrigo Saldarriaga comenzó un proyecto teatral llamado Pequeño Teatro de
Medellín, la idea era reunir a un grupo de profesionales en torno a la creación
y discusión teatral; y le llamaron «Pequeño», en contraposición a la ópera,
conocida como el Gran Teatro. Cuarenta años después, el Pequeño Teatro de
Medellín es el que mayor oferta teatral ofrece en toda Colombia, su fundador
falleció hace poco pero entre el trabajo que dejó está la obra “Los Chorros de
Tapartó”, que cuenta la historia de dos hermanas.

Maruja,
que soy yo, el personaje que se queda dando la guerra en el terruño, que se
queda luchándola desde ahí, desde su propio ser, desde su sitio. Mireya su
hermana, es un ser contestatario que dice: yo esto no lo vivo, no lo resisto,
me voy a recorrer mundo, a vivir y conocer otras cosas, otras miserias tal vez.
Esto es lo que hace que estos dos personajes sean un mundo completo, explicó la
actriz Catalina Murillo.
La
obra cuenta la historia de estas dos hermanas, pero también cuenta 50 años de
conflicto en Colombia debido a los militares, los paramilitares, las
autodefensas, la guerrilla, el crimen organizado y el narcotráfico.
“Cuando
nosotros la presentamos en Argentina o en España, pues es la misma historia, de
tener que irse, de violencia en su sitio. –Las
dos hermanas están representando a un país. –Exactamente”.
Tapartó
es un pueblo con un excelente clima y tierras para el cultivo, con una cascada
llamada los Chorros. Esa tierra que perteneció a los indios, poco a poco se la
arrebataron ricos, políticos y el crimen organizado.
Se
repite esa historia de violencia en Colombia, en cada pueblo con otros nombres.
Nosotros hablamos de “Los escopeteros” en ese momento pero antes fueron “Los
chulavita”, “Los pájaros” en otras épocas. Y ahora podemos hablar de las
autodefensas, los paramilitares. Y todas estas historias se siguen repitiendo,
concluyó la actriz Paula Bedoya.
El
autor la concibió como una comedia negra que busca provocar entre el público
entre la carcajada y el silencio de la introspección.

Imagen:http://bit.ly/1R1Skq2
15AM

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