El músico asegura que ahora no necesita tocar música electrónica, sino que quiere enfocarse al sonido regular de Alan Parson´s Project
Por Huemanzin Rodríguez (@huemanzin)
Ciudad de México, México, 17/05/13, (N22).- Después de trabajar en la grabación de discos importantes en la historia del rock como Let it be (antes de Phil Spector) y Abbey Road de The Beatles, o The Dark Side of the Moon de Pink Floyd, así como en diversos proyectos para The Hollies, Al Stewart o Paul McCartney, entre otros, Alan Parson se reúne con Eric Woolfson, otro ingeniero de los míticos estudios Abbey Road en Londres, para crear el grupo musical Alan Parson’s Project que entre 1976 y 1987 editaron 10 discos en estudio. Después de la separación entre Parson y Woolfson cada uno siguió los senderos de solista, aunque los éxitos de esos diez discos, son los que hasta ahora la gente pide. Desde 1996 Alan Parson ha visitado México con cierta regularidad, este año tocó en El Plaza Condesa. N22 platicó con él:
–Alan, ¿cómo es su música ahora? ¿Cómo es su proyecto en este momento?
-Bueno, en términos de show tratamos de tocar la mejor música en vivo, pero al público (hace una pequeña mueca), le sigue gustando la música vieja. Es por eso que seguimos tocando la música de Alan Parson’s Project. Es difícil para los músicos tocar música nueva porque siempre se piden los temas clásicos. Cada vez que tocas algo nuevo la gente se levanta por unas bebidas (ríe). Pero así es, particularmente con el rock clásico, eso va a ocurrir en nuestros conciertos. Incluso a grandes como Elton John, Paul McCartney o The Rolling Stones, les cuesta vender nueva música.
– ¿En este momento su música está más cercana a la electrónica?
-En mi último disco, Valid path (2004), el cuarto como solista desde la disolución de Alan Parson’s Project, esencialmente tiene experimentaciones con la electrónica. Tuve colaboraciones de grandes nombres de la música como David Gilmour y de la electrónica como Shpongle, PJ Olsson, The Crystal Method, incluso el grupo mexicano Nortec Collective, y fue fantástico. Mucha gente me decía que debía hacer algo más en ese sentido, que es lo que ahora vende, otros por el contrario, me decían que debía hacer versiones orquestales de los temas clásicos, pero la verdad no le encuentro sentido a ninguna de esas dos propuestas. Ese álbum me gustó mucho, en verdad es una experimentación que necesitaba hacer pero queda ahí. Si he de hacer un nuevo material de este tipo será porque lo necesito. Ahora estoy grabando un disco en vivo que saldrá a la venta en el verano, tal vez tenga una versión visual en DVD, y la verdad, prefiero mantener el sonido con el que el público reconoce los temas de Alan Parson’s Project.
-¿Quién hará la portada del disco?
-No lo sé aún, ahora sin Storm Thorgenson, ¿supiste que murió hace unas semanas?
-Sí, lo supe, a mediados de abril. Me encantan sus diseños.
-Tuve la oportunidad de conocerlo desde los años 70, y de que diseñara el arte de discos míos. Diseñó toda una era del rock. Un grande.
No soy un músico frustrado, nunca he creído en eso de la gloria de las “estrellas” del rock
-Cerca de los 20 años, trabajaste como asistente de sonido en los últimos discos de The Beatles (en el concierto en la azotea del edificio de EMI en Londres, se te ve muy joven hacer labores de técnico de sonido), tu trabajo con Pink Floyd en The dark Side of the moon es célebre pero, además de ingeniero de sonido eres músico, productor, diseñas conceptos escénicos para conciertos. ¿En dónde te sientes más tú mismo?
-Creo que me siento mucho más cómodo en la silla del productor. He tenido el apoyo de muchos grandes músicos en las presentaciones en vivo, donde creo que mi contribución no es modesta como músico, pero es en las canciones el otro lugar en el que me gusta estar. Lo que quiero decir es que no soy un músico frustrado y aunque me hace feliz tocar en un show, estar rodeado de público en un concierto, nunca he creído en eso de la gloria de las “estrellas” del rock. Disfruto más cuando veo a otras personas interpretar ese papel.
-Su trabajo es muy valorado en el sonido envolvente pero, al momento, los discos de Alan Parson’s Project no cuentan con una mezcla en 5.1
-Es cierto, estoy buscando solucionar eso. Tengo la esperanza de que el año entrante tenga una nueva relación con el sello Sony. Espero que encuentren el presupuesto para hacer las mezclas de todo el catálogo en 5.1. Aunque sólo se lancen los éxitos en esta mezcla, a mí me gustaría remezclar todos los discos. Mi buen amigo Steven Wilson ha participado en las mezclas de sonido envolvente de King Crimson, me gustaría que él se hiciera cargo de esto.
–La industria no es lo que era, ahora el público puede descargar tu música desde internet, pero en realidad la gente tiene tu música de esta manera en la calidad para la que fue concebida?
-Uno de los problemas de la descarga de música, es que iTunes o MP3 no representan apropiadamente lo que la música es. Espero que la gente pronto descubra que escuchar música en iPhones, en iPads o en MP3 tienen lo mínimo, casi la mitad de calidad. Si la gente quiere escuchar la música en formato digital con alta calidad, ya está ahí en internet, pero te toma más tiempo en la descarga, te toma más espacio en la computadora y esa es la que suena mejor, incluso requieres de unos buenos audífonos para escuchar una buena calidad. Eso también hace la diferencia. Soy una de las personas que intenta una promoción para volver a la Alta Fidelidad, con grandes bocinas, con una habitación para escuchar música. Es algo que se ha olvidado, ahora escuchar música para la gente es encender una computadora o una máquina de sonido de 30 centímetros de largo por una pulgada y media de ancho. Con la alta fidelidad tienes una experiencia musical muy buena en 5.1, incluso el estéreo puedes escucharlo muy bien bajo estas circunstancias.
-¿Entre el pasado y el futuro qué prefiere: el digital o análogo?
-Me parece que las opciones del digital son muy sólidas, no diría que tendría una preferencia por alguna otra tecnología, pero es cierto que hay cosas muy específicas como la grabación de guitarras eléctricas, no es algo cuestionable que las guitarras suenan muchísimo mejor con grabadoras de tubo que con grabadoras sólidas. Por otro lado grabar con un disco duro permite a los ingenieros de sonido un registro más ordenado y fácil, puedes acceder a cualquier sonido y a cualquiera de sus momentos en un instante, y “salvar” tus modificaciones en un clic.
–¿Te refieres a ese “accidente”, a lo inesperado de las circunstancias durante una expresión viva?
-Me refiero a esa cierta emoción de guiar una verdadera ejecución de un gran concierto. Con el audio digital puedes cambiar cualquier cosa, modificarlo y hacer que suene bien cuando vuelva a ser interpretado. A veces, hacer todo en la primera toma sin over dubs, es realmente lo más fresco. Hay una magia en grabar un tema en una sola toma que no puedes lograr de ninguna otra manera. Pero lo cierto es que el digital se pone a prueba todos los días. Es muy probable que en el futuro podamos morir de risa al darnos cuenta que, por años, hicimos las cosas de una sola manera sin darnos cuenta. Es como el video, que ahora muchas de las series de TV tienen una calidad como de cine, y están hechas con video, creo que eso es lo que va a pasar ahora. La tecnología digital reduce las horas de estudio, ahora es más sencillo producir esos sonidos determinantes en las atmósferas de, por ejemplo, álbums como The Sargent Pepper o The Wall.
Creo que la tecnología nos aproxima al alma. Aproxima al productor y al músico. Un ejemplo es lo que sucedió con Steven Wilson, él me buscó para producir su más reciente álbum The Raven that Refused to Sing por lo que yo había hecho en el pasado. ¡Y fue fabuloso! Usé micrófonos ordinarios, con mixers ordinarios pero todo fue grabado en digital, esa sensación análoga le dio un sonido especial pero el resultado fue en digital.
-Hace nueve años fue tu último disco, ¿escucharemos pronto algo nuevo?
-Aún no lo sé. He escrito algunos temas pero eso no quiere decir que pronto tenga una producción.
Imagen http://bit.ly/19GhDH3
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