MATERNIDADES SECUESTRADAS
Ser madre en tiempos de la diversidad genérica
Hace unos días y a propósito del 10 de Mayo (consabido festejo a las madres, con toda y su parafernalia de consumo a través de programas de radio y tv, suplementos especiales, anuncios, peluches, menús, cremas reductoras, fotos, Facebook, Twitter, microondas, masajes y Denisse de Kalafe), extrañé a las mujeres que un año atrás, en homenaje a la píldora del día después, habían convocado a la Marcha del día después (11 de mayo de 2012).
Bajo la convocatoria de la artista feminista Mónica Mayer y Víctor Lerma, cientos de mujeres diversas y con distintas edades, se reunieron en la plaza del Zócalo de la Ciudad de México para realizar distintos actos performáticos, cuya intención fue poner en la mesa de discusión quién y cómo se define lo que es la maternidad; cómo la asumimos socialmente y qué valores culturales se construyen desde la familia, la escuela y los medios para construir, y en algunos casos, para imponer la idea de ser madre.
Bajo la consigna “Maternidades secuestradas”, cientos de mujeres convirtieron un performance colectivo en una marcha, cuyo punto de partida fue una invitación por Facebook y Twitter para completar la siguiente frase: “una maternidad secuestrada es….”
La idea se gestó en el taller de arte y género de Mónica Mayer y Victor Lerma. El resultado fue una nutrida respuesta que terminó por delinear un discurso interesante que trazó el eje de la marcha… En voz de Mónica Mayer, una maternidad secuestrada es “aquella que no es libre y gozosa, es desde obligar a una niña o mujer a tener un hijo hasta la presión para la mujer de llegar a cierta edad y tener hijo como un hecho natural. Pero también es vivir la desaparición forzada de tus hij@s”.
El ejercicio de convocatoria a través de las redes sociales dio como resultado una nutrida participación, de la cual, se desprendió un pequeño decálogo de exigencias, que desde mi punto de vista, tendrían que retomarse no solamente como un acto en contraposición al 10 de Mayo, sino a través de diversos ejercicios que desde el arte, intenten llevar estas reflexiones a espacios públicos, incluyendo escuelas. Y es ahí, en esos espacios donde, dice Mónica Mayer, “solamente juntando lo personal con lo político, cambiando nuestras prácticas desde el aspecto cultural, tomando el arte como herramienta, es donde podremos cambiar patrones sin juzgar”.
En este decálogo se enfatizan acciones concretas para reflexionar y re pensar el tema de la maternidad:
En estos tiempos, en los que cada vez con más fuerza el tema de la violencia contra las mujeres ha dejado el ámbito privado para asumirse como un problema de interés colectivo, bien haríamos en empezar a reflexionar profundamente sobre esos temas que se relacionan con nuestras prácticas cotidianas, y que en la superficie, hombres y mujeres asumimos como “normales”, sin pensar en las repercusiones que tienen, no sólo en el ámbito de lo simbólico, también en ámbitos públicos como la escuela, espacios de trabajo y cientos de instituciones.
Porque repensar el tema de la maternidad es importante en un país en el que los asesinatos cometidos contra mujeres siguen al alza en sus formas más dolorosas. Asesinatos que, según el último informe de la Secretaría de Gobernación, han empezado a mostrar que ocho estados del país concentran el 60 por ciento de los homicidios de mujeres, encabezados por el Estado de México, donde la impunidad es el enemigo a vencer.
Tendríamos que reflexionar, más allá de los 10 de Mayo, sobre el tema de las maternidades, en un país en el que se venera hasta el paroxismo la idea de “ser madre”, mientras que en nuestra cotidianidad perviven prácticas de odio y resentimiento que llegan al homicidio.
Mucho que reflexionar también más allá de los lugares comunes, en estos tiempos donde la diversidad genérica ha trastocado las viejas categorías de femenino y masculino, al grado de que hoy, una persona con identidad masculina pueda parir un bebe. Recordemos el caso Thomas Beatie, el primer transgénero que se convirtió en mamá y papa en 2008. Y qué decir de las mujeres para quienes el significado de ser madre sólo está en función de unos cuantos meses, al prestar sus servicios como madres subrogadas o lo que comúnmente se llama como “mujeres que alquilan su vientre”.
Así es que para empezar a cambiar el discurso tendríamos que empezar por las propias mujeres, pensar en medio del jolgorio, ¿por qué hemos comprado ese discurso de conveniencia aquel día de mayo?
Por ello me parece fundamental retomar los resultados de la Marcha del día después 2012 e insistir en que ésta tiene que seguir construyéndose como espacio de reflexión.
Minerva (@ladelcabaret) quien sí realizó este año un montaje escénico en la delegación Tlalpan con el mismo nombre, Maternidades Secuestradas , me explica que no hubo quórum este año, porque se cruzaron actividades y compromisos de las organizadoras. No obstante, dice que durante todo el año se llevarán a cabo actividades diversas para reflexionar el tema de lo femenino y la violencia de género.
Vale la pena destacar el grupo abierto en Facebook con el título “una maternidad secuestrada es…”, en el que igual participan hombres y mujeres.
Otra de las actividades y de la cual hablaremos más adelante es el grupo que trabaja en diversos espacios públicos titulado “Bordando feminicidios”.
*Jacaranda Correa. Soy periodista, productora de contenidos,
dirijo documentales, me nutro de discusiones inteligentes fuera del círculo
rojo y me encanta estar despeinada.
dirijo documentales, me nutro de discusiones inteligentes fuera del círculo
rojo y me encanta estar despeinada.