Pedro Ramírez Vázquez, constructor tangible de la posrevolución

«Él fue un arquitecto del sistema, tuvo que ver con el partido (PRI), fue secretario de Desarrollo Urbano, llegó a dar clases y es uno de los fundadores de la UAM»: Gustavo López



Por Alizbeth Mercado

(@alizbeat)

CIUDAD DE MÉXICO, México, 16/04/13, (N22).- “Pedro Ramírez Vázquez es uno de los últimos arquitectos que ayudaron a consolidar el movimiento moderno en México y todo este grupo de arquitectos plantearon y resolvieron las demandas que resultaron de la Revolución, había que resolver problemas de vivienda, salud, infraestructura y a esta generación de arquitectos fueron los que tuvieron la idea de resolver esos grandes problemas”, explicó el también arquitecto Gustavo López, adscrito a la firma Sánchez Arquitectos y profesor de la UNAM.
El día de ayer, Pedro Ramírez murió, pero dejó como testigos de su obra a los edificios emblemáticos de la Ciudad de México. “En sus inicios desarrolló escuelas prefabricadas para los niños, es una parte muy destacable y se ha comentado mucho sobre toda la oportunidad de hacer proyectos representativos en el país”.
Ramírez Vázquez nació el 16 de abril de 1919. Estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas durante la presidencia de José López Portillo.
“Su obra es prolífica, él fue un arquitecto del sistema, tuvo que ver con el partido (PRI), fue secretario de Desarrollo Urbano, llegó a dar clases y es uno de los fundadores de la UAM. Es un arquitecto muy polifacético con visión integradora, político, impulsor de actividades gremiales, vinculado con la educación y el diseño gráfico, de objetos, proyectos a escala con repercusión social. Es fundamental dentro del movimiento racionalista en México, aquel que antepone la razón y la técnica, cree en el progreso”.
En la Ciudad de México, construyó La Basílica de Guadalupe, el Estadio Azteca y su obra por antonomasia el Museo Nacional de Antropología: “un proyecto en el que reinterpreta no sé si de manera consciente o no, el espacio prehispánico en el que es muy importante que sea un espacio abierto, y entonces la idea del patio central y el elemento simbólico del cuerpo de agua puede tener muchas connotaciones de la arquitectura prehispánica. Es un proyecto que resuelve de manera funcional y vinculado los recorridos de las salas de exposiciones, por su situación geografía, junto al Bosque de Chapultepec”.
Asimismo, construyó la Facultad de Medicina en Ciudad Universitaria, construcción que representa el movimiento moderno. Trabajó en colaboración con Ramón Torres y Víctor Velázquez. Por otra parte, desarrolló complejos funcionales y de carácter social como los mercados.
“Él fue un gran promotor de proyectos, incluso su obra es dispar, tiene una obra de gran trascendencia y otros con valoración menor. El Estadio Azteca, por ejemplo, es emblemático, funcional y operativo, lo pondría en una escala diferente”.
Fuera de la capital mexicana, en Toluca y Coahuila, también existen obras de Ramírez Vázquez. Al exterior del país construyó el Pabellón de México en la exposición mundial de Bruselas (1958). El Pabellón de México en la exposición mundial de Seattle (1962). El Pabellón de México en la exposición mundial de Nueva York. (1964). El Museo de las Culturas Negras en Dakar, Senegal (1971) y Edificios gubernamentales para la nueva capital de Tanzania en Dodoma (1975).
“Hay algunas que tiene la capacidad de escapar al tiempo y hay diferentes apreciaciones, el proyecto de medicina reconocido como patrimonio nacional y de la humanidad, uno recorre la escuela de medicina sabiendo que es de los 50 y es una escuela que es moderna y funcional, ha logrado escapar al tiempo”, concluyó López.

Gpadilla @sanchezarquitectos.com

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