Doce actores, improvisación y erotismo es sólo el comienzo de lo que será una puesta en escena que promete plasmar locura, sensualidad y surrealismo, incitándolo a no comprender la obra si no a encarnar a cada uno de los doce actores; ser sus cómplices y partícipes de un arrebato carnal y de desenfreno comunal. La cita es el próximo 19 de julio y 22 en el Teatro Jiménez Rueda, ubicado en Av. Plaza de la Republica 154, col, Tabacalera.
Carente de escenografía y teniendo como único vestuario telas vaporosas, doce viejos abrigos y pieles desnudas, el director Shanti Oyarzabal charló un poco con la agencia N22 sobre la génesis de tan singular obra:
-Alina Correa (AC): Shanti ¿Cómo es que surge este proyecto?
-Shanti Oyarzabal (SO): Surge como un proyecto que revoloteó por mi cabeza desde los años 90 del siglo anterior, hasta que fui invitado en 1994 a dar un taller intensivo en un espacio teatral en Berlín y al final teníamos que presentar una obra, cuyo tema principal tenía que ser lo absurdo, sobre todo que hablara del Dadaísmo, corriente artística precursora del surrealismo, como una respuesta a los horrores de la civilización después de la Primera Guerra Mundial, ósea, la locura. Fue así como surge esta puesta en escena.
-AC: ¿Por qué manejar temas tan complejos en esta puesta en escena, como la esquizofrenia, la demencia y el erotismo?
SO: La idea de lo absurdo del comportamiento humano ha sido un pilar para comprender esta obra, manejo desde el comportamiento individual hasta el comportamiento de las masas y su reacción que puede ser hasta peligrosa, desbordándose de la normalidad.
AC: Y coméntanos ¿Por qué nombras Dios mío a este proyecto?
SH: Cuando yo les expongo a mis alumnos en Berlín que improvisen actos con abrigos, que se los quiten, que los arrastren y que los pisen, ellos siempre me contestaban –¡Oh my god! (risas) y como fue lo que escuche más en mi estancia, pues bauticé la obra como Dios mío. Aparte es la expresión que más escuchas cuando algo se sale de control.
AC: Y ya nos comentabas que tienes una fuerte afición en tu obra por los abrigos, ¿Pero cómo surge la idea?
SH: Pues es algo muy curioso porque yo empecé con mi taller en invierno y entonces hacía mucho frio en Berlín y empiezo a observar cómo mis alumnos se quitaban y se ponían los abrigos para después volvérselos a poner en los ensayos, haciendo todo un circo, puesto que la mayoría de sus abrigos eran pesados y grandes, fue así que surge este acto de los abrigos, que ahora ya son parte fundamental en la obra.
AC: Me parece muy importante que señales ¿cómo fue la convocatoria de tus actores?
SH: A sí es, la convocación fue vía Facebook, el productor hizo la invitación, seleccionó a los mejores y yo les hice el casting, de igual manera el vestuario nos los han donado vía Facebook y el patrocinio ha sido de manera desinteresada y generosa por parte de la empresa MUSAN S.L. cuya sede está en España.
Dios mío se presentará el próximo 19 de julio y 22 en el Teatro Jiménez Rueda, ubicado en Av. Plaza de la Republica 154, col, Tabacalera.
Foto: Alina Correa Reyes
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