Redacción/CDMX
La fisioterapeuta Theresa Marko ha recibido pacientes con quejas de dolor de cuello y al inmiscuirse en el estilo de vida de las personas, se ha dado cuenta de un factor constante: el uso del teléfono.
Si bien se ha hablado de los daños en la salud mental que puede generar el teléfono, lo efectos físicos son igual de significativos.
Se han generado resultados graves como lesiones y muerte relacionadas con las selfies, además de problemas crónicos especialmente en la parte superior del cuerpo.
Este año, un estudio analizó los datos hospitalarios con los cuales encontraron que entre 2011 y 2019 las lesiones en manos y muñecas que se debían al uso del celular se habían multiplicado aproximadamente a 7,300 casos en Estados Unidos.
Por otro lado, una encuesta de Gallup encontró que la cantidad de personas que reportan usar demasiado tiempo el celular pasó del 39% en 2015 al 58% en 2022, donde el 84% de ellos eran veinteañeros.
Marko explica que el colocar el teléfono en el regazo genera una tensión muy grande en el cuello porque este se encuentra muy flexionado hacia delante. Un estudio contó sobre la forma curveada del cuello de una joven, visible en una resonancia magnética, el cual diagnosticaron había sido debido al uso del teléfono, recomendándole usarlo solo dos horas al día.
Estos incidentes han sido nombrados como “garra de texto” o “cuello de texto”, pero, no son los únicos problemas, pues optometristas han documentado sobre la fatiga visual provocada por la exposición a la luz azul.
Además, la posición de los codos en forma de V hace que el nervio cubital -hueso de la risa- se estire, provocando un entumecimiento en los dedos anular y meñique, esto según Brandon Donnelly, cirujano de Nueva Orleans.
Añade que la mayoría de los problemas que él ve les ocurren a adultos de entre 30 y 40 años, debido a que los tejidos de los niños son más flexibles.
Pero eso no significa que los pequeños puedan pasar más horas viendo y ocupando el celular, estos problemas se pueden desarrollar en todas las edades.
Por ejemplo, un agarre intenso puede provocar dolor en los músculos tenares carnosos de la palma, así como tendinitis o incluso rotura del tendón, en pacientes mayores, la sujeción prolonga la artritis, especialmente en la base del pulgar.
Aunque la solución más viable sería no usar los teléfonos, esto no es realista. Los investigadores como Gwanseob Shin, creen que lo mejor es informarles a los sujetos los riesgos para que estos puedan mejorar sus comportamientos.
Uno de estos cambios, sería que las personas dejaran de textear o ver su celular mientras caminan, ya que este hábito ha aumentado al punto de que estos se topan con obstáculos como automóviles u otras personas.
Además, de continuar con la tensión en el cuello y la espalda, ya que se encuentran mirando hacia abajo.
Otras soluciones son el uso de adhesivos como los PopSockets para ayudar a sostener los teléfonos, levantar el teléfono a la altura de los ojos, tomar descansos para evitar mantener la misma posición por mucho tiempo y una alternativa para evitar la escritura mientras se camina es el texto a voz.
(Con información de The Guardian)