¿Podremos adaptarnos al calor los seres humanos?

Redacción/CDMX

Debido a que en este año han existido numerosas olas de calor en el verano del hemisferio norte, se ha considerado como el más caluroso según un amplio margen.

A pesar de que la temporada de verano ha terminado, estas olas y sus efectos pueden continuar siendo un desafío para todo el mundo durante las próximas décadas, ya que, según los especialestas, estos se volverán más comunes y severos debido al cambio climático.

Este problema cada vez genera más peligros para la salud de las personas, los más conocidos son: sobrecargo del corazón y riñones, provoca dolores de cabeza, altera el sueño y ralentiza la cognición.

En casos extremos, un golpe de calor puede provocar insuficiencia multiorgánica.

Por ejemplo, en el caso de los riñones, Ollie Jay, fisiólogo de la Universidad de Sydney, Australia, habla sobre quienes ejercen trabajos físicos al aire libre que resultan los más afectados, debido a que normalmente se encuentran muchas horas debajo del sol y sin acceso a grandes cantidades agua potable.

Pero, especialmente las personas vulnerables son adultos mayores, recién nacidos y personas con afecciones como diabetes y enfermedades cardiacas.

Este calentamiento global puede traer consigo aumentos en la mortalidad y en la tasa de enfermedades respiratorias y cardiacas, además de, posiblemente aumentar el número de suicidios.

En especifico, los investigadores no tienen alguna respuesta a preguntas como: ¿Cuánto calor puede soportar nuestro cuerpo?, debido a que no existe un umbral de temperatura generalmente aceptado, porque esta afecta de distinta manera a cada persona dependiendo de condiciones como la humedad.

El equipo de Jay se encuentra en la búsqueda de un limite preciso, donde se mida la tensión cardiaca y la función renal del participante mientras se aumenta el calor y la humedad.

Además, planea determinar métodos de protección y formas efectivas para afrontar el calor extremo.

«Se está convirtiendo en una situación de vida o muerte», dice Eugenia Kargbo, directora de calefacción de Freetown en Sierra Leona. Es por lo que los distintos países y ciudades están haciendo esfuerzos para proteger a su población de estos calores.

Estrategias como mojar la piel con agua y sumergir los pies en agua fría son formas fáciles de bajar la temperatura corporal. La plantación de árboles es otra opción, algo más compleja, pero ayuda a enfriar las ciudades y proporcionar sombra y liberar vapor de agua.

Métodos como el aire acondicionado y el uso del ventilador a pesar de que pueden ser eficaces para refrescar, estos ocupan electricidad, produciendo gases de efecto invernadero que en su defecto calientan aun más el planeta mediante la quema de combustibles fósiles.

(Con información de Nature)