Las preocupaciones de los procedimientos estéticos

Redacción/CDMX

El mercado de tratamientos cosméticos no quirúrgicos se encuentran en auge total, ya que, el deseo de tener un piel tersa y perfecta como las que se ven en redes sociales cada vez es más grande.

Ahora, las inyecciones de toxina botulínica y rellenos dérmicos son los procedimientos más codiciados, que los defensores insisten en esos se pueden trabajar de formas seguras con resultados hermosos, pero, recientes investigaciones resaltan las complicaciones que estas pueden traer si quien las realiza no es un profesional.

Desde los años 70 se comenzaron a utilizar rellenos dérmicos para así rellenar líneas y arrugas, y dar volumen a áreas como mejillas y labios.

Pero fue hasta principios de los 2000 que se popularizó la técnica de inyectar ácido hialurónico -sustancia que atrae agua que se encuentran en el cuerpo-.

Este apogeo ocasionó que más personas aplicaran estos tratamientos y por su parte, más clientes se quejaran por complicaciones médicas y trabajos fallidos.

Save Face, un registro británico de profesionales de la cosmética acreditados que busca mejorar los estándares de seguridad recibió los siguientes datos en el año 2022:

Hubo un total recibió 2,824 quejas durante el año en relación con los procesos estéticos a los que se habían sometido, pero en especifico hacia sus terapeutas.

Las complicaciones o los malos trabajos pueden cambiar la vida de las personas para siempre, el no saber que liquido fue el que se les inyecto y el confiar en el proceso de recuperación que les han indicado las personas quienes les atienden, ha hecho que gente pierda partes de la piel de su cara y que la cirugía reconstructiva sea su único recurso.

En el 84% de los casos afirmaron los terapeutas decidieron ignorarlos o bloquearlos al momento de externarles sus dudas y quejas.

Junto con unos colegas del University College de Londres, el Dr. David Zargaran del Royal Free Hospital de Londres, evaluó sitios web de 3,000 clínicas de estética del Reino Unido en comparación a las de organismos profesionales como el Consejo Médico General y el Consejo de Enfermería y Partería.

Encontraron que el 32% eran médicos, el 24% eran dentistas, el 13% enfermeras, el 12% esteticistas y el 8% enfermeras dentales.

Estos solo son quienes están afiliados a clínicas, pero hay muchos otros que anuncian sus servicios en redes y que realizan los procedimientos en sus hogares.

Muchas personas que solo han realizado cursos de uno o dos días se sienten seguros para ejercer está profesión de forma independiente.

A pesar de que los expertos coinciden en que las inyecciones de toxina botulínica son más seguras, existe la preocupación de que estos pseudoprofesionales no informen a los clientes sobre los posibles efectos secundarios.

Las toxinas botulínicas son un producto que solo se vende con receta, lo que implica que quien recete tenga conocimientos solidos de la anatomía y cómo manejar las reacciones adversas, pero no siempre quien prescribe es quien aplica la inyección.

Hay muchos terapeutas que realizan los procedimientos sin haber tenido una consulta antes. El 92% de los casos de Save Face, especificaron no haber tenido una consulta cara a cara.

A principios de este mes, el gobierno del Reino Unido lanzó un nuevo plan de licencias, lo que podría restringir quién puede realizar ciertos procedimientos de alto riesgo o introducir límites de edad para quienes se someten a tratamientos.

Expertos temen que las personas se vuelvan adictas a estos tratamientos, ya que, un estudio que evaluó las motivaciones de 24 mujeres que se habían sometido a procedimientos de relleno labial que las habían dejado con labios dramáticamente inflados y que afirmaban estar contentas con el resultado.

Esto podría estar relacionado con el trastorno dismórfico corporal, un trastorno de ansiedad relacionado con la imagen corporal.

(Con información de The Guardian)