Javier Marías, escritor clave de la literatura en español

El novelista y articulista murió en Madrid a los 70 años

Redacción/CDMX

Su nombre era habitual encontrarlo entre los candidatoa al Premio Nobel de Literatura en cada edición.

Marías, nació en Madrid en 1951 y a través de su carrera fue galardonado con numerosos reconocimientos.

Fue autor de 16 novelas, ensayos, relatos y cientos de artículos periodísticos.

Su obra se ha traducido a 46 lenguas en 59 países.

Fue hijo del filósofo Julián Marías, su primera novela, Los dominios del lobo, se editó en 1971.

Le siguieron Travesías del Horizonte (1972), El monarca del tiempo, El siglo (1983), El hombre sentimental, con la que ganó el Premio Herralde 2000, además el premio Ennio Flaiano.

Todas las almas, obtuvo el Premio Ciudad de Barcelona y finalista del Médicis.

La consagración llegó con Carazón tan blanco (1993), considerada por algunos críticos como una obra maestra.

La novela fue galardonada con numerosos premios, entre ellos el de la Crítica, anteriormente, había recibido el mismo galardón Berta Isla.

Negra espalda del tiempo, los tres volúmenes de Tu rostro mañana (Fiebre y lanza, Baile y sueño y Veneno y sombra adiós), Los enamoramientos, Así empieza lo malo, Berta Isla y Tomás Nevinson Fueron las siguientes novelas del escritor.

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutenes de Madrid, Marías se especializó en filología inglesa y ejerció la docencia como profesor de Literatura española en la Universidad de Oxford de Reino Unido.

Además fue profesor de Teoría de la Traducción en el Instituto de Lenguas Modernas y Traductores de la Universidad Complutense.

Su último libro, ¿Será buen persona el cocinero?, se publicó en febrero pasado, es una recopilación de las columnas que había escrito para el diario El País Semanal, donde llevaba casi dos décadas ocupando la última página.

Decía no importarle el destino de sus novelas “La posteridad es un concepto del pasado, vlaga la contradicción. Aparente. Hoy en día no tiene el menor sentido. Todo queda viejo a una velocidad excesiva”.

(Con información de El Financiero y El País)