La memoria de un pueblo tejida en sus cobijas

Actualmente pocas son las maestras de edad avanzada que practican el tejido de las cobijas yoreme, tradición que se exhibe en el Museo Textil de Oaxaca

Redacción/Oaxaca de Juárez 

Hay una historia que se cuenta en las cobijas que tejen las tejedoras del pueblo yoreme o mayo. A veces pueden ser especiales, para ceremonias, otras, solo son hechas para la vida cotidiana. En ambos casos, con los textiles las tejedoras también escriben. 

Es la lana el material principal de estas telas necesarias para abrigar a este pueblo que habita el semidesierto, las tierras del sur de Sonora y norte de Sinaloa. Pero como muchas otras memorias y tradiciones en este país, el tejido yoreme está a punto de perderse. Son pocas las mujeres que guardan aún el conocimiento de este oficio, los secretos de la lana tejida, teñida con tintes vegetales, hilada a mano y tejida con telares horizontales “de piso”. 

En ellas están narradas las características del territorio, la historia de este pueblo que está íntimamente ligada a su entorno ecológico; están también las formas de producción y organización social y la cultura. 

Es el cambio climático uno de los factores que amenaza esta tradición. El incremento en las temperaturas ha hecho cada vez menos necesario el uso de estas gruesas cobijas de lana; sus pobladores utilizan más tejidos industriales de menor precio; la escasez de agua ha acabado con la cría de borregos y la producción local de lana; los agroquímicos han afectado a las plantas colorantes. 

Su desuso también se ha visto potenciado por factores sociales: la dedicación y el tiempo que precisa esta actividad y su poca presencia local y regional, la hacen una actividad poco atractiva para las generaciones más jóvenes. Actualmente, algunas pocas maestras de edad avanzada practican el tejido de estas cobijas. 

Los diseños, que se construyen mediante la técnica de tapicería, revelan no sólo la cosmovisión de este pueblo, en la que habitan flores, plantas, culebras, coyotes; el agua, el rayo; sino también un profundo sentido estético y un elevado manejo del color. La sofisticación de los diseños es impresionante. 

Debido al riesgo que corre este conocimiento, el Museo Textil de Oaxaca ha dedicado una exposición, que aún se puede ver en sus salas, al tejido yoreme bajo el nombre Paradigma y resistencia. Arte textil yoreme. ¿Queremos que esta tradición sólo esté visible en una sala de museo? ¿Qué podemos hacer para que la tradición del tejido yoreme no sea una más de las que ya se han perdido en nuestro país? La muestra busca animar ésta y otras reflexiones. 

Todas las imágenes: © Ana León