El dueto regresa con una nueva producción: Seis conejo, en la que fusionan ritmos y géneros de músicas tradicionales de México y América Latina
Huemanzin Rodríguez/Ciudad de México.
Ampersan es un dueto conformado por Zindu Cano y Kevin García. Debido a la imposibilidad de dar conciertos durante la pandemia por el virus SARS-CoV-2, el dueto tapatío decidió en lugar de presentar un disco nuevo, presentar cuatro sencillos de lo que será su siguiente grabación que aparecerá en breve con el título de Seis conejo. Ahora que las condiciones sanitarias lo permiten, vuelven a los escenarios para presentar los temas nuevos. El domingo 17 de octubre se presentaron en el Foro Hilvana a lado del dueto peruano Alejandro y María Laura.
Kevin García: A muchos la pandemia nos agarró en curva, nos ha exigido replantearnos muchas cosas. Nosotros estábamos ya muy avanzados en la producción del tercer álbum en estudio Seis Conejo, en el cual nos volcamos de lleno a la poesía musicalizada, la poesía vuelta canción. Y también nos volcamos de lleno en la electrónica. Es un disco que hemos venido trabajando los últimos años. Estábamos muy motivados por terminarlo y publicarlo, pero vino la pandemia. Eso imposibilitó los conciertos presenciales, así cancelamos de nuestro panorama presentar el disco y hacer una gira con él y decidimos lanzarlo paulatinamente a manera de sencillos. Hemos publicado cuatro sencillos y antes de que acabe este año presentaremos el disco completo.
Ha sido un proceso creativo que nos ha exigido toda nuestra creatividad. Hemos podido trabajar a la distancia con artistas como Pedro Canale, creador de ChanCha Vía Circuito, desde Buenos Aires a través de plataformas digitales con nosotros en México. Así ha sido con otras personas y ha sido la forma en cómo nosotros hemos podido sortear la pandemia.
En el caso de Alejandro y María Laura, aunque tienen su propia búsqueda musical, así como nosotros la nuestra, creo que hay un punto en el coincidimos, que es hacer una canción con alma, con amor. Eso se ve reflejado en las letras, en la melodía, en la sustancia compositiva. Por eso decidimos invitarlos.
ZC: También con ellos coincidimos en Núcleo Distante, un colectivo que lleva casi tres años con compositores y cantantes de Latinoamérica creo que participamos once países. A Alejandro y María Laura ya los conocíamos desde antes, pero el que estemos en Núcleo Distante resultó ser una coincidencia y ahora que están en México, nos agrada mucho. Tenemos planes de hacer una gira juntos como dueto/pareja. Nosotros decimos que somos su versión mexicana y ellos son nuestra versión peruana.
Hace un año me comentaste que para tu siguiente álbum, tenías la inquietud de integrar a tu música ritmos y sonidos de América latina, como ya lo has hecho con algunas tradiciones musicales de México.
ZC: Si, ya hemos lanzado cuatro sencillos de lo que será Seis conejo, en este disco hemos retomado ritmos tradicionales latinoamericanos como el guayno, el son jarocho, el danzón o el canto cardenche…
KG: Fusionamos el canto cardenche con la baguala. También hay afrobeat, que no es de América Latina.
ZC. Este disco es también una celebración de las músicas por las que van pasando nuestros intereses, es también una celebración a la multiculturalidad que tenemos en el continente.
¿Quién canta “la marrana”, como se le conoce a la voz grave, de arrastre del canto cardenche?
KG: Pues yo hago lo que puedo. En este tema tenemos una colaboración de Juan Pablo Villa, a quien queremos y admiramos mucho. Él estuvo a cargo de la producción, con cantantes de cardenche, que andaban cantando por los cielos y yo traté de cacharlos.
¿Por qué decidieron incorporar ritmos de la tradición de América Latina?
KG: Lo que compartimos con América Latina es la tragedia de la conquista, los genocidios, la depredación y la aniquilación cultural. Por otro lado, la conquista nos ha dejado un idioma como lengua común para poder compartir y dialogar. También está la herencia de la negritud, a través de los esclavos que trajeron al continente a trabajar. Todo esto ha permeado en la cultura mestiza. Así que ha habido mucho dolor, pero también tenemos elementos en común que celebrar.
Sin embargo, el proceso de homologación cultural de las potencias mundiales desde la posguerra a la actualidad a través del mercado, ha derivado en que cada vez menos mexicanos conozcan y se sientan identificados con las músicas tradicionales de México. Eso pasa también en el resto de los países de América Latina.
KG: Lo que motiva a Ampersan es que esas músicas no se pierdan. Hay quienes nos han dicho que nosotros rescatamos música tradicional. Nosotros, más bien, pensamos que la música tradicional nos ha rescatado a nosotros para no ser unos más del montón, para no hacer música alienada y capitalista a la que pudimos haber pertenecido. La música tradicional nos ha dado fuerza y valentía para hacer rock o música electrónica con un rasgo identitario muy marcado del que podemos sentirnos muy orgullosos. Es por eso que, nos vinculamos con músicos como Pedro Canale o Last Gerónimo, que también participamos en este nuevo disco.
ZC: Músicos contemporáneos que retoman músicas tradicionales tanto de México como de América Latina. Son muchos géneros por aprender. Y ahora que volvimos a obtener una beca, ahondaremos más en las músicas tradicionales de occidente.
KG: Vamos a hacer un trabajo con las músicas que tradicionalmente tocaba el mariachi y que se han ido olvidando. Yo he tenido discusiones, porque la gente sólo conoce el Son de la negra y hay muchísimos sones más, que ha quedado en desuso y que ya no hace más del mariachi actual. Nosotros haremos una investigación de un año sobre el son, el vals y la polka del mariachi tradicional.
Para ustedes, ¿qué nos puede decir la música tradicional mexicana a los mexicanos del siglo XXI?
KG: Creo yo que en la música tradicional hay un “genoma” cultural. Si somos sensibles o hacemos el intento, podemos desgranar de dónde viene cada uno de sus componentes y entender a este “genoma” cultural. La música tiene una función profunda que no tiene que ver con la industria, nosotros entendimos que la música no es un escenario, no son luces, no es grabar discos y hacer girar. La música es más que nada, un vehículo para resolver problemáticas sociales. Para verse en el otro como en un espejo cuando se está en un fandango y entender de dónde venimos. Yo creo que eso se ha perdido desde el siglo XX y lo que va del siglo XXI, donde vemos a la música nada más cómo un producto comercial.
ZC: Una de las principales enseñanzas que nos dejan las músicas tradicionales es la lucha de quienes las interpretan, para proteger sus ritos y conocimiento ancestral, aún con la conquista, y seguir cultivándolo y ejerciendo, a pesar del capitalismo y el aballecimiento de la cultura como producto. Cuando nosotros nos hemos acercado a estos pueblos, vemos cómo viven, cómo piensan y cuáles son sus valores. Me parece que es algo que debemos tener presente como músicos mexicanos del 2021. Muchos músicos se pierden entre el producto, la industria y las giras y no se comprometen con su comunidad o un compromiso social. Nosotros no queremos perderlo, queremos aprenderlo y comunicarlo a través de la música y la convivencia. Yo no quiero perder de vista eso, para mí es muy importante.
Ahora todos hablan de la industria, es una palabra que me choca, me han invitado a mesas de discusión donde se habla de la industria musical con títulos como “El papel de las mujeres en la industria musical”. Sólo el título me desconcierta. A veces creo que pueden pensar que estoy en contra, no es eso, para mí el foco está en otro lugar. Obviamente los intereses son distintos entre músicos y artistas, simplemente quiero dejar claro que nosotros estamos pensando la música desde otro lado.
Todas las imágenes, cortesía de Ampersan.