Redacción / Ciudad de México
El sábado 14 de agosto Haití sufrió un sismo de magnitud 7.2 grados que destruyó hogares, iglesias y escuelas. Hasta el momento se registra una cifra de mil 300 personas fallecidas y casi tres mil heridas.
El sismo azotó la parte suroeste de la nación más pobre del continente, prácticamente borrando algunas localidades y provocando aludes que afectaron las labores de rescate en dos de las comunidades más afectadas. El desastre agravó la que ya era una situación difícil para los haitianos, quienes ya lidiaban con la pandemia de coronavirus, el asesinato del presidente y una ola de violencia de pandillas.
Además, mientras los habitantes tratan de aceptar la pérdida de vidas, se pronostica que la tormenta tropical Grace llegue a Haití este lunes por la noche o el martes temprano.
El epicentro del sismo se registró a unos 125 kilómetros al oeste de la capital, Puerto Príncipe, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Hubo réplicas todo el sábado y durante la noche, cuando muchas personas que se quedaron sin hogar o que temían que sus viviendas dañadas colapsaran sobre ellos, se quedaron en las calles a dormir.
Esto sucede mientras Haití lucha contra la pandemia de coronavirus y la falta de recursos para enfrentarla. El país de 11 millones de personas recibió apenas el mes pasado su primer lote de vacunas contra COVID-19 donadas por Estados Unidos a través del programa de Naciones Unidas para países de bajos ingresos.
En tanto, el presidente estadounidense Joe Biden autorizó ayuda inmediata para Haití y asignó dicha tarea a la administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Samantha Power. USAID ayudará a evaluar los daños y en la reconstrucción.
Con información de: BBC Mundo y El Financiero.
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