La entropía y el cosmos

¿Cómo entendemos los seres humanos el tiempo? ¿Es real o es una ilusión? ¿Se puede hablar de un mismo tiempo en la Tierra que en el Universo?

Karen Rivera / Ciudad de México

¿Cómo entendemos los seres humanos el tiempo? ¿Es real o es una ilusión? ¿Se puede hablar de un mismo tiempo en la Tierra que en el Universo? En general podemos asociar este concepto con una unidad de medida que se puede obtener a través de los segundos, minutos y horas de un reloj, y que permite ordenar los sucesos en secuencias como pasado, presente y futuro.

La teoría de la relatividad de Albert Einstein plantea un universo donde el espacio y el tiempo son inseparables y se modifican mutuamente. La astrónoma Julieta Fierro nos habla de cómo se mide el tiempo en el cosmos a partir del aumento de su desorden.

La asimetría del tiempo está impresa en todo lo humano, así lo asegura el físico Sergio de Régules, en el artículo “Flechas en el tiempo”, publicado en la Revista de la Universidad en marzo de 2018, desde el huevo revuelto en el desayuno hasta las agendas llenas de planes para el futuro y el paquete de servicios funerarios comprado con anticipación. Incluso las preocupaciones humanas como el estrés, la angustia y la esperanza dependen de esta asimetría. Para las personas pasado y futuro no son equivalentes, pero en las leyes de la física no sucede de la misma manera, éstas no distinguen el pasado del futuro.

«Si tú tomas una caja con átomos a temperatura y presión constante, pues los átomos no sienten que pasa el tiempo, no hay diferencia entre pasado y futuro, pues siempre es igual, igual, igual. Los humanos sentimos el paso del tiempo, no lo podemos definir, pero sí lo podemos medir muy bien. Para la ciencia el paso del tiempo se mide con el desorden, esto técnicamente se llama entropía, y la entropía siempre se desordena, para que yo esté viva pues necesito desordenar todo mi entorno», señaló la astrónoma Julieta Fierro.

La entropía es considerada una magnitud física que mide la cantidad de desorden de un sistema. En la primera mitad del siglo XX, el físico británico Arthur Eddington propuso la expresión “flecha del tiempo”, que tiene su explicación en la segunda ley de la termodinámica y plantea que en un sistema cerrado todo proceso ocurre en la dirección en la que aumenta el desorden. Mientras más grande sea un sistema mayor será su desorden o sus cambios, lo que le impedirá regresar a su estado original. Es como la vejez, un cambio que no se puede revertir. En física el antes se distingue del después según su entropía: ¿cómo se aplica esto en el Universo?

«Nos damos cuenta por el aumento del desorden, seguramente en algún momento en tu casa pues todo está ordenadito y ahí te sientes feliz de que todo esté limpiecito y guardadito, pero rápidamente todo se desordena y eso sucede en el Universo, la energía del origen del Universo que era con mucha energía se ha ido degradando, se degrada dentro de las estrellas, se degrada dentro de la Tierra y va a llegar un momento en que la energía del Universo esté tan degradada que ya no se va a poder usar para las cosas que se usa ahora.

»Lo que podemos medir en el Universo es la expansión del Universo, y como sabemos a que velocidad se está expandiendo, podemos saber cuándo se originó esta expansión, hace 13 mil 800 millones de años. Y la astronomía pues siempre prueba lo que quiere comprobar de diferentes maneras, por ejemplo: no hay ninguna estrella que sea más antigua de 13 mil 800 millones de años.

»Todos estos ingredientes, la expansión del Universo, la abundancia de los elementos químicos pues nos da información sobre cómo ha ido cambiando el Universo a lo largo del tiempo y cómo va a cambiar en el futuro.»

Por definición, el Universo es un sistema cerrado y su entropía crece indefinidamente, de ahí la idea de su progresiva degradación. A partir de los movimientos del cosmos hay predicciones de lo que ocurrirá con los objetos astronómicos que lo integran, una de ellas es que el Sol vivirá 4 mil 500 millones de años más. Hay otras posibles flechas del tiempo propuestas desde la psicología y la cosmología, pero pensando a futuro, la verdad es que no seremos testigos del desorden que causará el fin del Universo.