Postales desde el encierro

Cuando el espacio y las personas están negadas, cuando el contacto también es negado: ¿cómo se transforma la mirada?

Ciudad de México (N22/Ana León).- Greta Rico es fotógrafa especializada en fotografía documental. Desde hace varias semanas su mirada ha cambiado. Pues el escenario se ha reducido a la casa que habitan junto a su pareja Juan Carlos Reyes, también fotógrafo. Ambos empezaron a capturar este espacio diario de confinamiento y esto dio pie a un proyecto que lleva por nombre Postales desde el encierro.

«Creo que ni siquiera lo pensamos» me cuenta Greta a través de una videollamada como suceden todos los encuentros, o la mayoría, en estos días. «En lo personal sí me está pegando mucho no poder salir a la calle», precisa. Y es que el encierro no es fácil de sobrellevar. La casa nos atraviesa, nos mira de frente, es como aquél cuento de Cortázar, “Casa tomada”, en donde los habitantes no marcan la dinámica de convivencia sino es la casa la que lo hace. Y en estos días de encierro luchamos con la casa –muchos creen que no, pero creo que todos lo hacemos–, con seguir manteniendo el control de nuestro cotidiano; es pequeña certeza basada en los rituales y que sí está en nuestras manos. 

Todas las imágenes se han tomado de la cuenta de Instagram: Postales desde el encierro


«Fue algo como un poco orgánico, después de estar varios días aquí en la casa cuando nos dimos cuenta que ya estábamos agarrando la cámara […] lo que nos empujó, o más bien, a mí en lo personal, lo que me empujó a subir las fotos a mi instragram y hacerlas públicas fue un llamado al que respondí por parte de una red internacional de mujeres fotógrafas a las que pertenezco, que se llama Women Photograph.» 

Cada uno tiene su perspectiva, obvio, la mirada no es la misma, pero el proyecto lo hacen en conjunto. Se miran el uno al otro constantemente y lo que les rodea. Aquí, se vive un mismo tiempo pero en dos narraciones distintas. 

«No trabajamos igual quienes hacemos fotografía documental y quienes hacen fotoperiodismo. No me atrevería a decir que ninguno es mejor que otro, simplemente son distintos y creo que también, y eso es algo que hemos platicado de manera muy constante con otras colegas y otros colegas, y que tiene que ver con que no importa con que estés en el mismo espacio, siempre va a ser interesante cómo cada quien se fija en cosas diferentes. Sí creo que atraviesa el género, que él sea hombre y que yo sea mujer, pero también la formación que tenemos cada uno más allá de la fotografía.»


Greta cuenta historias con sus fotografías, esas historias pertenecen a otros. Pocas veces se mira a sí misma con la cámara y cuando lo hace la mirada es indirecta. Ahora se enfrenta a sí misma, también, a su propia imagen que es captada por su pareja, porque ella sólo se ve de manera indirecta, desde una sombra, un reflejo. Eso es parte de este encierro, también, el enfrentarnos a nosotros mismos. El acelerado mundo en el que vivimos es el pretexto perfecto para evadirnos, ahora, en esta pausa, el encuentro con nosotros mismos es inevitable, fuerte, pero también disfrutable. Pero, qué pasa con la mirada del fotógrafo cuando el espacio y las personas están negadas, cuando el contacto también es negado, ¿cómo se transforma esa mirada?


Parte del trabajo de Greta Rico: Parteras Urbanas

«Creo que, sobre todo, me ha obligado a pensar cómo lo que ya damos por sentado puede significar algo importante. De repente me cacho haciendo fotos, más que de gestos, de situaciones que ocurren en el cotidiano en la casa, pero que no les había dado un valor. Un poco eso, creo que revalorizar el cotidiano es lo que más me está dejando este encierro.»