Imaginarios femeninos transgresores

Aquelarre. Capítulo I: de lo cotidiano a lo mágico, es el inicio de un programa curatorial que indagará en torno al modelo de la bruja como una identidad subversiva

Ciudad de México (N22/Redacción).- Dividido en tres capítulos que se desarrollarán durante el 2020, Aquelarre se exhibirá del 5 de marzo [se necesitará consultar a la galería respecto a las restricciones sanitarias por el Covid-19] al 31 de octubre del 2020 y estará dividida en tres capítulos que se presentarán en distintas sedes en la Ciudad de México: Fundación Marso, Centro Cultural España en México y el Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas. El objetivo de esta propuesta curatorial es el de construir una genealogía de imaginarios femeninos transgresores para sus momentos y contextos a partir del arquetipo de la bruja y sus atributos como una figura femenina generadora de conocimientos, rebelde y subversiva.

Las artistas invitadas son Julia Antivilo, Cannon Bernáldez, Tania Candiani, Interspecifics, Virginia Colwell, Marilá Dardot, Valentina Díaz, Galia Eibenschutz, Carmina Escobar, Joana Escoval, Dalila Gonçalves, Lourdes Grobet, Lorena Herrera, Fritzia Irízar, Perla Krauze, Magali Lara, Daniela Libertad, Fabiola Menchelli, Claudia Peña Salinas, Chantal Peñalosa, Lucía Pizzani, Ale de la Puente, Kristin Reger, Naomi Rincón Gallardo, Clara Sánchez, Luly Sosa, María Sosa, Katri Walker.

En esta exposición la bruja funciona para crear espacios para la celebración y el conocimiento de la otredad, de personalidades y prácticas no normativizadas ni totalmente naturalizadas. Integra cuerpos, psiques,
conocimientos en flujo permanente, negociando identidades y subjetividades en constante disputa, a través del performance, video, trabajo con archivos, escultura, instalación, voz, fotografía y pintura.

Aquelarre es también un centro de consulta digital y una app, que contendrán información sobre las 28 artistas participantes, textos curatoriales, entrevistas, videos de los performances que se llevarán a cabo, y los materiales que se desprendan del programa público.

En este primer capítulo de Aquelarre: de lo cotidiano a lo mágico, las artistas integran elementos de la vida cotidiana, y a partir de su yuxtaposición con otros elementos crean una diversidad de enigmas y convierte lo ordinario en algo fantástico. Las artistas señalan que está en juego nuestra capacidad para imaginar, para imbuir la cotidianidad de otros símbolos y proveer espacios y tiempos para reconocer el potencial poético de lo que nos rodea. Se resignifican la rutina y lo aburrido y se convierten en acontecimientos, es decir, en algo que se aparta de lo cotidiano.

Imagen: Cortesía Marso