La mujer en la radio y la lucha por la libertad de expresión

Una entrevista con la locutora y periodista Rita Abreu que ha dedicado parte de su labor como profesional a la investigación de la historia de las mujeres en la radio en nuestro país

Ciudad de México (N22/ Ireli Vázquez).- La radio es considerada uno de los medios de comunicación masiva con mayor importancia. En la edad contemporánea, la industrialización y la vida urbana crearon nuevas formas de convivencia y favorecieron las condiciones sociales para el desarrollo de la comunicación de masas, un nuevo tipo de comunicación que revolucionó casi todos los niveles de la vida, individual y colectiva.

La radio fue el primer medio de comunicación y entretenimiento cultural ajustado a la medida de la unidad familiar: un artículo esencialmente doméstico. aunque al principio sólo para los más “pudientes”. Pero también social, porque era común que se escuchara la radio en bares, círculos recreativos y políticos, y demás espacios similares. 

El 13 de febrero de 1946 fue el día en que nació la Radio de las Naciones Unidas. Y desde enero de 2013 se comenzó a celebrar el Día de la Radio en todo el mundo con tres objetivos primordiales: concientizar a la gente y medios sobre la importancia de la radio, alentar a la creación y ofrecimiento de información con la radio y la mejora de la cooperación y redes internacionales entre organismos de radiodifusión.

Gracias a la radio se pretende enviar un mensaje de tolerancia a todo el mundo para que la gente sepa de la necesidad del derecho a la salud y a la educación de todos los seres humanos, logrando en el proceso un mundo más tolerante y pacífico.

En México la voz de las mujeres en la radio ha jugado un papel muy importante dentro de la evolución de este medio de comunicación y Rita Abreu lo sabe muy bien. Ella es locutora, productora y guionista de la radio cultural y educativa del país, y al estar envuelta dentro de los medios de comunicación encontró la línea que la orillo a realizar el libro Damas con antifaz. Mujeres en la radio 1920-1960. Una investigación exhaustiva, que hace un recorrido por la historia de este medio desde la perspectiva de la participación femenina. Aquí lo que lo que la autora busca es darle imagen a esas mujeres que prestaron su voz, y que, de muchas no se pudo conocer su rostro.   

Platicamos con ella a propósito del Día Mundial de la Radio, para conocer más sobre su trabajo y sobre su libro.  

¿Por qué decidiste dedicarte a la radio?

Llegue un poco por la idea de hacer periodismo, de dedicarme primero a la comunicación y a la educación, para mí eran dos temáticas de las cuales quería estar cerca y siempre pensando en que era comunicar para el otro, aprender del otro. La vida me fue llevando. En un trabajo escolar en quinto semestre de universidad, llegué a la primer estación de radio a pedir información sobre la radio en los años cuarenta, y ya que estaba dentro dije, “bueno, si ya estoy aquí, pues voy a pedirle trabajo al que estaba entrevistando, le dije ¿cómo se le hace para entrar aquí?”, y me dijo que estaba buscando asistente de producción, así que me quedé. Al otro día ya era empleada, entonces una vez que me tocó esa varita mágica, si dije “que bonito medio” y me encantó y me fascinó.

¿Qué tan importante es este medio de comunicación?

Hasta hace poco no tenía imagen. Ahora ya empieza a ser esta radio visual donde ya se conoce al locutor y ya puedes conocer su gestualidad y su físico, su lenguaje corporal. Antes la sola voz era la que ganaba la credibilidad y el contenido de lo que se decía. La radio siempre ha tenido un prestigio en el sentido de que lo que te decían, te lo decían personas que conocían el tema, que eran opiniones confiables, la radio tuvo eso. Con la televisión, dependiendo de qué canal, estaba muy catalogado el punto de que lo entretenido no tenia porque mandar mensajes educativos o trascendentes. En la radio siempre había voces que le daban esta legitimidad, este aval de que estabas escuchando opiniones muy bien expresadas, muy documentadas y que te decían verdades. Siempre se siente que la radio en parte es más honesta, más sensible.

¿Qué tan importantes es el papel de la mujer en la radio?

La radio siempre necesito a las mujeres. Es un medio, digamos, noble, donde han teniendo cabida siempre, así que siempre se distinguió que su presencia hacía la diferencia, era importante y necesitaban voces de mujeres. En un origen eran ginglistas, representaban más el lado artístico de la radio y la radio creció con un halo precisamente muy cultural, para recrear la literatura universal, por eso era el radioteatro, hubo momentos donde todo se hacía actuado, dramatizado, donde había libretistas, guionistas, directores artísticos, pero siempre también fueron minoría.

En los programas de inauguración, las estaciones hacían un gran programa especial para declarar inaugurada su frecuencia y de un grupo de un elenco de diez hombres, había dos mujeres, sí se consideró que eran importantes, pero digamos que el hombre era el que les cedía o les compartía un espacio, y había la idea de que las mujeres no tenían que estudiar tanto, ni tenían que prepararse tanto, ni tenían voz, palabra, ni opinión, y la frase que dice “calladita te ves más bonita”, aplicaba incluso a personas que decían “yo quisiera dedicarme a una actividad que tuviera que ver con la comunicación o con los medios”, esto las hacía ser señaladas o las hacía ser miradas raro, pero mujeres siempre hubo en la radio. Su importancia sí creo que sea definitiva porque van marcando y aprovechando la apertura de estos caminos estrechos y ellas fueron encontrando la forma de abordar ciertos temas, van proponiendo asuntos a tratar, hasta llegar a la actualidad donde ya vemos una radio que puede ser mayoritariamente de mujeres.

Mencionabas la parte de la imagen en la radio y que con ésta ya se puede conocer a la persona que te está hablando a través del micrófono, pero esto fue tomado como una adaptación del medio para no “perderse”, dentro de la evolución de las redes sociales, ¿crees que, con el avance tecnológico y el desarrollo de medios digitales, la radio está teniendo un rezago?

Todos los que trabajamos en la radio estamos viviendo esta maroma tecnológica, esta obligada transformación como un enorme reto, yo creo que todavía no nos sentimos cómodos, todavía no estamos seguros en qué va a parar la radio. Es un momento delicado en el medio, todo parece que la cámara en la cabina es suficiente, pero las estaciones trasmiten 24 horas, sigue habiendo un reto enorme sobre el qué van a hacer, incluso, el reto las tienen las que programan música, y más las que programan música con contenidos, estamos viviendo una revolución en donde no se a acentado nada y estamos haciendo prueba y error, guiándonos en lo que va pasando, pero no estamos seguros de que estamos en el camino adecuado.

La evolución está marcando todo. Estos medios dejaron de ser negocios muy potentes, pasaron de ser empresas muy boyantes, donde tenían una cantidad de empleados enorme, a tener más peguntas que respuestas.

Damas con antifaz: Mujeres en la radio, es un libro sobre mujeres mexicanas que prestaron su voz a la radio del país, el cual está basado en cierta temporalidad de 1920 a 1960, ¿por qué tomar esta decisión de sólo mantenerlo en cierto tiempo? Y también ¿cómo sabias cuáles eran las mujeres a las que querías plasmar dentro del libro?

En realidad, yo hubiera querido hacer el libro de 1920 a 2015 que fue cuando lo empecé, pero, una amiga que es maestra de la Universidad Autónoma de México me hacía la observación de que lo dividiera porque, en primer lugar, esa investigación tan exhaustiva quizás detenía que lo publicara, porque en lo que terminaba la segunda parte, de los setentas en adelante, me iba a comer el tiempo, digamos que fue una medida práctica dividirlo.

Después acabé encantada de dividirlo porque sentí que esos primeros cincuenta años de la radio definitivamente fueron los que sembraron el arranque de los años setenta para acá. Podíamos definir muy bien qué había pasado, una entrada de las mujeres, digamos sutil, una entrada de las mujeres donde se pusieron a usar su voz prestándola a otros. Y en los sesenta, el mundo también tiene muchos quiebres: el movimiento del 68, todo lo que significo para las mujeres ese movimiento, que empezaron a salir a las calles, que empezaron a ir a las universidades, y ya empezaba el jaloneo si legítimamente podían salir a trabajar porque esto era algo muy criticado. En los años cincuenta todavía se pensaba que el lugar ideal de las mujeres era en su casa. Y bueno, desde luego, la situación económica marcó y obligó a que las reglas sociales quedaran a una lado ante la necesidad de solventar la vida económica, pero ese sentir de que estabas haciendo algo «que no te tocaba», que no era algo que tenias que hacer, yo creo que fue muy incomodo a las mujeres. Se empieza esta ruptura.

Las mujeres están [presentes] intensamente en los años cincuenta, aquí ya tenemos periodistas en la radio, escritoras de radio novelas con temas muy peculiares porque es muy distinta la radio novela escrita por hombres que la hecha por mujeres. Ya vemos que empieza el tironeo, empieza el asunto de hablar de la familia y de estas medidas incómodas. Luego en los sesentas vuelve un poquito el silencio porque la radio comercial empieza a trabajar poniendo discos en esta radio como más simplona, un locutor y discos, y usa a los hombres, esos presentadores, estos animadores, esas voces eran mayoritariamente masculinas. Es una época en que quedan un poquito agazapadas.

En los setenta hay un boom. En esa época pasan cosas increíbles en la radio, es una radio comandada por mujeres que tiene otros criterios. Los sesenta son la antesala de un salto enorme en contenidos, en formatos, en debates, y luego ya vienen los ochenta, donde las estaciones ya se deshacen de la radio novela; llenan esos espacios con barras femeninas de toda índole: programas de modas, de espectáculos, programas feministas en la radio cultural, y ahí se pueden encontrar muchas cosas.

Trabajé cuatro años para poder realizar el libro. Estuve mucho tiempo cerca de la hemeroteca de la UNAM, para checar las carteleras o lo que se publicaba de las mujeres que yo iba descubriendo, porque en muchos momentos esas mujeres que aparecían en la radio fueron columnistas y fueron periodistas. Fue un trabajo detallado porque había que encontrar a las familias para ver qué me decían de sus madres o de sus abuelas.

¿Cuál fue el motivo que la orilló a escribir sobre las mujeres en la radio?

En los años ochenta llegué a trabajar a la XEB, ya pertenecía al IMER, es la decana de las radiodifusoras de México, y teníamos un programa que se llamaba así, Mujer, y de pronto tenía a las radioescuchas tan enojadas por tener ciertos temas porque era una temática que coordinaba el Consejo Nacional de Población. En los años setenta el Consejo había decidido una política demográfica en las que las mujeres tenían que tomar el control de sus cuerpos, tenían derechos, por ley, de definir su maternidad, de programarla, y todo eso se tenía que convertir en programas de radio: ¿qué pasaba con tu cuerpo?, ¿por qué era importante que fueras autónoma en el manejo de tu cuerpo, de tu salud, de tu reproducción? Estos temas entraban a una estación de la que yo poco me había percatado, yo conocía poco de la historia de la B. Y a la hora de que hablábamos de estos temas, las mujeres hablaban a la radio y estaban muy incómodas con los temas, incluso nos decían que nosotros éramos las robamaridos, las que toman anticonceptivos para ser muy libres, y yo me cuestionaba el por qué, ¿de qué veníamos?, ¿qué había pasado? En ese entonces yo tenía 26 años y creía que todas las mujeres pensaban igual que yo, ni siquiera me había percatado de que yo le estaba hablando a otro grupo de edad. Ahí fue cuando me cuestioné ¿dónde estoy?, ¿a que estación llegué?, ¿qué pasó aquí? Tiempo después esas mujeres acabaron integradísimas al programa y dándonos una materia prima deliciosa para conversar, para debatir, para pensar entre todos.

Aprendí muchísimo de ese programa, pero eso fue lo que me hizo pensar que uno llega a un lugar y ese lugar ya tiene una historia. Antes de Mujer ya había otras cosas, ¿qué había que el público está tan sorprendido? Fui rastreando qué había, primero me encontré unos programas que sustituyeron a las radionovelas, donde había sacerdotes, donde todo era como mesas para que las mujeres recibieran consejos de personas con unas «calidades morales impecables» y que no pertenecían a mi generación, porque yo esos tipos de programas los sentía muy autoritarios. Ahí encontré lo inmediato atrás, ¿y atrás?; entonces llegué a las radionovela, ¿y atrás? Algo me fue picando la curiosidad para interrogar los documentos y que me llevó hasta los años veinte. Llegué hasta 1921 que es cuando se considera que sucedió la primera transmisión por una estación comercial y entonces hasta ahí llegué, a los ingenieros que estaban ahí poniendo los cables e instalando todo para poder llevar a cabo esa transmisión, uno de ellos llevó a su hija y quien debutó en la primera transmisión de una radió comercial fue una pequeña de 11 años que llegó a cantar.  

¿Cómo se podría describir la evolución de la mujer dentro de la radió a partir de los años setenta llegando hasta ahora?

La radio puede ser el indicativo de lo que se tarda un proceso.

Con el segundo tomo, un libro que va tratar de las mujeres que estuvieron en la radio de los años 70 a los 2000, nos vamos a dar cuenta de que son las mujeres que están ahora mismo, porque muchas de ellas vienen desde los años ochenta, y ellas también han tenido una evolución en el micrófono, una evolución que la misma sociedad y la transformación las ha obligado a tener. Muchas de ellas comenzaron en las cabinas sin cámara y ahora se han vuelto mujeres muy conocidas; se puede decir que antes tuvieron el antifaz y ahora no tienen ningún velo que las cubra, al contrario, las redes las sobreexponen.

En general, veo que las mujeres están sin mayor problema en las emisoras que quieran y que no se conforman con que les digan qué tienen que hacer y cómo, sino que ya llegan seguras, porque llegan preparadas para tomar un tema muy bien asentado en su conocimiento y en todo lo que significa abrirlo y debatirlo.