La 33 rescató el folclor colombiano, el mambo y el boogaloo

  • Antes de su concierto en el Plaza Condesa, la orquesta dijo que es imposible negar las influencias del rock y el jazz en su música 

Por Rafael Cervantes

Ciudad de México, México, 01/07/13, (N22).- Santiago Mejía, uno de los fundadores de la orquesta La 33 junto con su
hermano, el bajista Sergio Mejía, hablaron en exclusiva para la Agencia N22 acerca de su presentación en México, así como de las influencias que han hecho que la agrupación se
presente como un proyecto innovador dentro de la escena de la salsa.
En el backstage, Santiago parece más un músico de rock que uno de salsa.
De tez blanca, complexión delgada, acompañada por su cabello largo y chino,
aunados a una sudadera verde que delata su marca por las tres franjas a lo
largo de las mangas, le dan más aires de un guitarrista de heavy metal que de
pianista. Sin embargo, él es uno de los cerebros de La 33.
¿Por qué no regresar a México? Se pregunta él mismo y da una respuesta
inmediata. «Porque somos una banda muy grande y moverla implica muchos
conciertos. A veces no es tan fácil conseguir fechas, y cuando lo logramos,
venimos». Esto a colación de que se trata de un grupo de doce integrantes, sin
contar a los que no están sobre el escenario.
Santiago hace ver que la música de La 33 está más cerca del rock de lo
que el público puede imaginar. Esto lo hace regresar en el tiempo, cuando eran
chicos y la ciudad de Bogotá era testigo de sus primeras experiencias
musicales.
“El 90 por ciento de la banda nacimos en Bogotá, en esa época era rock
por todas partes, entonces crecimos escuchando rock, pero igual escuchaba por
ahí en los buses y en las tiendas, salsa y folclor colombiano, como que siempre
ha estado en nuestro entorno pero fue algo muy rockero”, explica el también
coordinador de la banda.
Sin embargo, como en todo proceso de vida, conforme pasan los años hay
experiencias más complejas y el universo de la música no fue la excepción. El
pianista recuerda que hubo una fuerte influencia del jazz a finales de los 90,
una tendencia que los marcó. “Ya cuando nosotros empezábamos a experimentar con
la salsa y a indagar, ya llevábamos un bagaje de haber tocado rock y haber
estudiado un poco el jazz, entonces tal vez esta forma de hacer la música, sin
ninguna pretensión y con el bagaje así, nos ayudó mucho a llegar a ese sonido también”.
El músico cree que implícitamente hay algo de rock en la música de La
33. Pero cuando están sobre el escenario hay una actitud y una imagen
que hacen explícita la influencia de este género y refuerzan las palabras del
menor de los hermanos Mejía.
“Creo que la puesta en escena de la banda es una puesta en escena muy
rockera, tiene visos de rock en ciertos fragmentos de las canciones, no en
todas. Igual lo que nosotros quisimos rescatar fue ese sonido de los 60 y 70
que era como de la salsa que más nos gustaba, y al cogerlo y empezar a
experimentar pues es imposible negar las influencias”, acepta.
Para Santiago nadie puede negar “la cruz de su parroquia”, mucho menos
en Latinoamérica, región con una amplia variedad de texturas y sabores
musicales; para él lo importante es mantener las raíces. Por eso pone el
ejemplo de los tacubos, la banda mexicana de rock referente en el mundo hoy en
día.
“Esas cosas pasan (inclinarse por tocar salsa en vez de rock). Acá hay
una banda que se llama Café Tacvba, que tú la escuchas y es una banda de rock,
pero que tiene un viso mexicano súper marcado porque uno no puede negar de dónde
viene y eso tarde o temprano te va estar marcando”, explica.

Asimismo, no cree que dejar de tocar un género para experimentar en
otros tenga algún inconveniente, haga que lo aprendido musicalmente se olvide o
sea de mala calidad. En el caso específico de La 33 ese regreso a los orígenes dio
pie a una propuesta que vino a revitalizar a la salsa, que en cuanto a sonidos
trajo de regreso el folclor colombiano, el mambo y el boogaloo, y respecto a la
lírica las vivencias cotidianas, lejos de aquellas letras
de amor y desamor que caracterizaban a la salsa contemporánea.

“Llega un punto en que uno quiere volver a sus raíces y ver qué era lo
que se estaba haciendo antes, pero volver a tus raíces no quiere decir negar lo
que ya has vivido, así no sean tus raíces de lugar, pero sí son tus raíces de
lo que tú decidiste escoger”. Y agrega: “yo creo que la música siempre cuando
es buena llega a todas partes”.

La 33 comenzó la gira en Sudamérica. Después viajaron a Australia para posteriormente
arribar a nuestro país, donde se presentaron en el Plaza Condesa de la Ciudad
de México. En veinte días continuarán su recorrido al otro lado del Atlántico,
para tocar en el Viejo Continente.

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