Ambivalencia ideológica de Trujillo presente cuando recibió a españoles

  • A pesar de que Leónidas Trujillo acogió a los republicanos españoles, este dominicado tomó posturas «anticomunistas» durante su gobierno
Por Alizbeth Mercado (@alizbeat)
Distrito Federal, 09/05/13 (N22).-
Trujillo y Franco eventualmente fueron grandes amigos, dos de los grandes generalísimos y una parte central de su identidad fue el hispanismo y anticomunismo”, comentó el doctor Juan Alfonseca.

El sociólogo dominicano, Juan B. Alfonseca Giner de los Ríos, presentó en el Centro de Investigaciones de América Latina y el Caribe (CIALC), ubicado en la máxima casa de estudios mexicana, su libro El incidente del trasatlántico Cuba. Una historia del exilio republicano español en la sociedad dominicana, 1938-1944.

Se trata de una investigación sobre el exilio español que llegó a la República Dominicana y advertir este hecho como la primera política internacional que hizo el entonces presidente del país caribeño, Rafael Leónidas Trujillo.

Alfonseca aseguró que lo que caracterizó a la República Dominicana para recibir a españoles fue su apertura ideológica, “posiblemente  tuvo otra composición  política porque el gobierno dominicano no hizo distinción, ni planteó el rechazo a grupos anarquistas como sí lo hizo el chileno y mexicano. Llegaron personas que no habían podido embarcarse a las primeras expediciones a México o Chile.

“Los exiliados agradecían al régimen con actos como la declaratoria de guerra a Alemania o la marcha de la victoria pero relaciones directas entre los pobladores y el gobierno no hubo. Sí las tuvo Trujillo con su contraparte franquista por lógica de las relaciones diplomáticas”, agregó.
Sin embargo, pone en duda la imagen de Trujillo como solidario. Tras la Matanza de Perejil en 1937, donde miles de haitianos perecieron, porque el dictador quiso erradicar a esta población; Alfonseca plantea que recibió a los exiliados con efectos de mezcla racial.

“Quiso dar la imagen de que sostuvo un régimen de vida humanitaria, pero en el fondo fue una  política de imagen. Eso fue lo que transmitió, entraron al país, difundieron la noticia en los Estados Unidos, se tranquilizaron los judíos con la inmigración y esa es la lógica”.

Después de albergar a los españoles, la configuración del mundo viró por la Guerra Fría, Trujillo fue conocido como anticomunista; entonces sacó del país a aquéllos que simpatizaban con esta causa.

“Luego viene el periodo de auge de las democracias contra el totalitarismo y digamos que el régimen de exiliados fue una carta de representación en los foros internacionales. Llegó el momento de la Guerra Fría y anticomunismo donde se pidió a gente que abandonara la República Dominicana”.

Por otra parte, la República Dominicana contó con personajes que apoyaron al exilio como el rector de la Universidad de Santo Domingo, Julio Ortega Prieto, el crítico de arte Rafael Díaz: “tuvieron un acogida entusiasta de los medios intelectuales, no hubo relaciones de recelo, algunos encontraron trabajo y otros salieron”.

Los refugiados crearon instituciones como la Sede Nacional de Bellas Artes, la Orquesta Sinfónica Nacional, la Facultad de Filosofía. «El régimen fue hábil, puso a estas personas capacitadas en ciertos cargos. Fue una carta de imagen, la prensa antifascista y recibió refugiados y Trujillo se sintió auxiliar para los aliados; llegada la hora de la expulsión que fue una política subterránea, dijo ‘soy un anticomunista y mira, expulsé a este comunista’”, concluyó.

El título  es una edición del gobierno dominicano, por lo que no hay muchos ejemplares disponibles en México. La versión digital puede descargarse en:

13mag 

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