- «En el tema del maltrato a los animales, la acción o la omisión en la que pueden incurrir las personas es algo de carácter cultural. También es inhumano vulnerar nuestro medio ambiente», Tania Ramírez, académica del Claustro.
Ciudad de México, México, 03/05/13, (N22).- «La atención y el castigo al maltrato de animales están en un boom, no tanto porque el tema sea una moda sino porque el boom son las redes sociales. Lo que sí es un hecho es que hay una relación estrecha entre la violencia a las que se ven sometidas las sociedades, las personas y los animales. De este modo vale la pena considerar que si hay un boom en las campañas quizá sea porque detrás de esto sí se está viendo un exceso en el maltrato», comentó en entrevista Tania Ramírez, Directora del Colegio de Derechos Humanos y Gestión de Paz, en la Universidad del Claustro de Sor Juana.
En los últimos meses se ha visto un incremento en las redes sociales en torno a las campañas de protección animal. Desde la creación de fundaciones destinadas a esta causa, hasta la invitación a un evento de beneficencia han sido parte importante para detener el maltrato.
Sin embargo, para muchos este no es un fenómeno nuevo, simplemente se difunde más, “antes se hacía a través de correos masivos. Las redes sociales son un fenómeno social y la protección animal ha echado mano de estos recursos para poder permear como un tema importante de la sociedad”, aseguró la editora de la revista Mundo Equino, Vanesa Palma.
Estas redes han tenido la capacidad de cohesionar muy rápidamente y de manera amplia intereses que podrían parecer particulares y que encuentran un elemento de atracción al leerse con una inmediatez y con un vínculo directo: la imagen. Por ello, no es que el asunto del maltrato a los animales se haya hecho importante de un tiempo para acá, es algo que se ha observado desde hace mucho tiempo atrás, en donde poco a poco se intenta actuar, declaró Tania Ramírez.
“Las redes sociales posibilitan que se puedan emprender campañas desde otros lugares, no desde seguridad pública ni desde instituciones, sino desde una inquietud de las personas y la verdad eso es muy positivo. En el tema del maltrato a los animales, la acción o la omisión en la que pueden incurrir las personas es algo de carácter cultural, la habilidad de maltratar y la intención de hacerles daño responde a factores culturales y psicológicos”, reafirmó.
Aproximadamente, con datos de organizaciones protectoras, cada año un millón de mascotas sufren maltrato en México. La acción ha sido considerada por diversos medios como «inhumana», a lo cual Ramírez lo relaciona con el análisis de la crueldad, donde se muestra la forma en que nos educan para concebir lo inhumano.
La catedrática del Claustro de Sor Juana especificó: “es ese momento en que las personas pueden desconectar su deber ético, o incluso de su deber moral, la gravedad de infringirle daño a un ser puede, esto puede ser descrito como un indicio o una acción inhumana. Porque también es inhumano vulnerar nuestro medio ambiente, porque estamos afectando la casa en la que vivimos muchas personas”.
Sobre este hecho, Vanesa Palma se refirió a que se considera una acción inhumana porque son seres vivos que tienen sistema nervioso, capacidad de sentir dolor y sobre todo fueron domesticados. “Tienen una necesidad de vivir en sociedad porque de eso depende su supervivencia. Ahí radica la crueldad de dejar a un animal abandonado, un animal que depende completamente de nosotros para tener sus necesidades de vida cubiertas, que lo dejes a la intemperie es cruel, porque estás infringiendo dolor.”
Organizaciones como Anima Naturalis Internacional, AC, presente en ocho países, ha expuesto que el tema de los derechos de los animales en América Latina está atrasado respecto de países anglosajones y europeos. Del continente, México es uno de los peores. Ramírez reconoció que hemos encumbrado los derechos humanos y no cuidamos los de los animales.
“Esta es una discusión un poco estéril porque obviamente el tipo de instrumentos y de políticas que se pueden hacer para promover y defender derechos humanos no son ni de cerca lo que deben de ver con los animales”.
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San Luis Potosí, Sonora, Durango, Guadalajara y el Distrito Federal ya cuentan con leyes para la protección de este suceso. Pero en la opinión de la editora, México sigue estando retrasado, porque a pesar de que ya se cuenta con estos decretos no hay una oficina, una entidad o una persona que se le asigne la obligación de hacer respetar este estatuto.
Ambas entrevistadas coincidieron que existen en México asociaciones que ayudan a animales y seres humanos porque las dos son una expresión del humanismo, “puedes ayudar a un animal o a una persona pero lo importante es que ayudes a un problema de la ciudad. Hay gente que dice que ¿cómo puede ser posible que ayudemos a perros y no a humanos?, pero hay manos para ambas causas, además el hecho de combatir el maltrato animal también ayuda a detectar focos de violencia o de delincuencia en nuestra sociedad que al final impactará en los humanos”, expuso Vanesa Palma.
Una aproximación a la violencia
El maltrato a los animales en el contexto de la violencia humana es un campo de estudio novedoso que proporciona valiosas informaciones para elaborar estrategias en la ayuda de las víctimas y la crueldad con que se realiza. Dichas averiguaciones han sido capaces de revelar que si hay un abuso, es por un efecto de la violencia a la que nos vemos sometidos como personas.
“La mayoría de los asesinos comienza con los animales. Estamos trabajando en pro de la sociedad humana y tampoco debemos de olvidarnos que vivimos en un planeta y que tenemos como compañeros a mil seres vivos a los que tenemos que cuidar”, explicó Palma.
La violencia contra animales es una de las expresiones de decadencia que estamos viviendo como sociedad. “Vale la pena considerarlo más allá de que si nos estamos olvidando de los humanos y preocupándonos de los animales. Más bien tenemos que recordar cuál es la relación entre humanos-animales y ver que ahí donde existen malos tratos coexiste una cuestión social detrás. Hay un malestar en la sociedad que vale la pena ser analizado”, confirmó Tania Ramírez.
El portal addarevista.org escribió: el maltrato a los animales “socializa” al agresor con la violencia, porque existen menos inhibiciones para hacerlo con los seres humanos, haciendo más probable los actos de crueldad hacia los otros miembros de la familia. El agresor maltrata a la mascota como instrumento para hacer sufrir a la familia, como un modelo de lo que es capaz de hacer; amenaza e intimida para mostrar su poder y dominio.
Las causas de este fenómeno están asociadas a un problema de responsabilidad, ética y educación. “Debemos de hacernos responsables de lo que nos rodea y nuestros actos; saber ubicar críticamente lo que es favorable de lo que hace daño, necesitamos educar en términos de poder crecer en nuestra relación con el entorno.”
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El cambio, según la directiva, debe de empezar a generarse desde las personas, acompañado por acciones de instituciones. Es positivo que en las redes se estén empezando a generar estas cosas porque la afectividad queda más expresada y posiblemente la concientización a través de las imágenes y las frases que se comparten en las redes tengan un impacto más directo en las personas que podrán modificar sus acciones.
“Al final trabajamos para el bienestar de nuestra sociedad: hay manos para todo, para trabajar en cada uno de los defectos que tenemos como sociedad occidental y entre esos defectos entra el maltrato animal. Si cada uno de nosotros trabajara con la causa que más simpatizara, seríamos otra sociedad”, concluyó Vanesa Palma.
Imagen:http://bit.ly/139BNIn
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