El historiador Alfredo López Austin reedita «El conejo en la cara de la Luna»

Por Huemanzin Rodríguez


Distrito Federal, 04/07/12 (N22).-

Para nosotros, resulta ser un misterio ¿por qué las culturas de Mesoamérica veían un conejo en el rostro de la luna? Esta  duda ha generado una serie de mitos cosmológicos que desde el macrocosmos explican el microcosmos. A finales de los años noventa Alfredo López Austin, estudioso del pensamiento y la religión prehispánicas, escribió el libro El conejo en la cara de la Luna, una colección de ensayos sobre este mito, que ahora es reeditado por Era.

«El nombre del libro deriva del primero de estos ensayos, que trata del mito de la presencia de un animal sobre la cara de la luna, para que no haga competencia al Sol. Cuando salen, según el mito más conocido, salen ambos con el mismo brillo, entonces los dioses piensan que esto no va a ser conveniente porque no van a descansar nunca sin oscuridad. Entonces optan por lanzar un conejo sobre la luna y de esta manera queda oscurecida», explicó Alfredo López Austin.
Una de las maravillas de este libro es la soltura, el humor y la calidez con que López Austin cuenta los mitos, y así, cautiva tanto a especialistas como gente recién interesada en el tema. 
Los mitos reunidos en este libro van desde el tiempo del nacimiento del Sol, hasta un mito que se cuenta en los Altos de Chiapas: En una feria del pueblo una madre y su hijo son los que por primera vez se suben a la rueda de la fortuna, mientras los demás tuvieron miedo. Cuando la madre y el hijo van hacia lo más alto, el pueblo se indigna y los apedrea.
«Una de las piedras va a golpear a la madre en el rostro, le afectan un ojo. Así que cuando lleguen al cielo, la madre tendrá menos luz que el hijo, por esa causa cuando llegan al apogeo, la madre tendrá menos luz que el hijo. Curiosamente se dice que la madre llevaba en el regazo, un conejo»,  concluyó Austin.

Para disfrutar más de estos mitos hay que recordar la concepción mesoamericana del Tiempo, que en otro de sus libros, López Austin aclara: Se dividía en dos, en el Otro Tiempo y el Tiempo del Hombre. El Otro Tiempo sólo fue habitado por los dioses, quienes tuvieron las siguientes etapas: Trascendencia divina, Ocio divino, la Vida feliz de los dioses, la Aventura mítica y la Muerte de los Dioses y el principio de su transformación; esta etapa última coincidía con el nacimiento del Sol, que daba inicio al Tiempo del hombre.
Del Ocio de los Dioses en adelante, del Ocio hasta la Resurrección de los Dioses. El final de todos los mitos es precisamente cuando el dios sufre una transformación, y deja de ser simplemente un protoser para convertirse, cada uno de los dioses en un creador-criatura. Porque todas las criaturas no son sino los dioses transformados», concluyó. 
La importancia de los mitos radica en la función casi divina de los humanos, que a diferencia del resto de los seres, su lugar está privilegiado por ser el único en poseer lengua, y con ella, hablarle a los dioses. El libro El conejo en la cara de la luna, de Alfredo López Austin, tiene 179 páginas, está ilustrado y dividido en 18 capítulos, y posee una bibliografía amplia.

12AM /MAG 

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