¿Se ha vuelto insoportable el ruido de la Ciudad de México?

Redacción/CDMX

La Ciudad de México es una de las megalópolis más pobladas, con sus más de 9 millones de habitantes el ruido es uno de los factores que acompañan al ciudadano día con día.

Pero los gritos, construcciones, el trafico tanto terrestre como aéreo y la música puede afectar la salud física y emocional de quien lo escuche.

La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA), establece un reglamento vigente para establecer límites de ruido para las zonas residenciales, industriales, comerciales así como en los festivales y eventos.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana y Protección Civil son los encargados de vigilarla.

Aunque Jimena de Gortari, investigadora del Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (Ibero), menciona que esta regulación es algo ambigua, ya que no existe como tal un lugar donde denunciar este tipo de contaminación y las autoridades no establecen mecanismos eficaces para hacerla valer.

Numerosos científicos explican que la exposición prolongada a estos sonidos puede generar enfermedades crónicas y del sistema nervioso.

Además, aumenta el riesgo de sufrir un infarto, sordera o migraña.

La memoria y el desorden del sueño también son uno de los efectos a la exposición, pero sobre todo está afecta a la salud mental, dando así estrés, ansiedad e irritabilidad.

La Ciudad de México no solo traspasa sus propios limites impuestos de ruido, sino que también a sobrepasado las restricciones que la ONU establece para la seguridad auditiva. 

Jimena de Gortari asegura que “el ruido ambiental está directamente relacionado con el bienestar y calidad de vida, tiene implicaciones en la salud emocional, en cómo ocupamos los espacios según podemos pagarlos o no. Poca gente tiene la posibilidad de aislarse”.

Es por lo que la investigadora se encuentra preocupada, debido a que el tema sonoro no figura en la agenda política.

Además de ser investigadora, cuenta con un Diario Sonoro, el cual se encuentra en peligro debido al exceso de ruidos provocados a toda hora del día.

Su proyecto trata de mantener vivos esos espacios sonoros que generan una respuesta positiva en la salud, como el canto de los pájaros o el sonido de la lluvia.

(Con información de El País)