Las obras se exhibe en el Centro Cultural Bella Época hasta el 7 de noviembre
Ireli Vázquez / Ciudad de México
El psicólogo y médico psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), dedicó toda su carrera al estudio de la psique humana. A lo largo de sus numerosos ensayos fue desarrollando primero su Psicología Analítica y, más tarde, lo que denominó Psicología Compleja. De acuerdo a una publicación en 2018 del diario BBC, Jung habla de la psique y no de la mente, porque, según él, la psique abarca todos los procesos de la mente, los conscientes y los inconscientes.
Entre muchas de sus aportaciones desarrolló el concepto de arquetipo, que, por definición es un modelo original, un ejemplo ideal o un prototipo, sin embargo, para Jung es la forma que le es dada a algunas experiencias y recuerdos de nuestros primeros antepasados, es decir, patrones de conducta que se heredan de generación en generación y que están guardados en nuestro inconsciente. Jung define el arquetipo sombra como el aspecto inconsciente de la personalidad caracterizado por rasgos y actitudes que el “yo consciente” no reconoce como propios. El inconsciente lucha por mostrarse, pero es reprimido continuamente por el ego. La sombra está formada por energía psíquica reprimida que se proyecta en el exterior.
Es de ahí de donde parte la construcción de Siniestro, exposición pictórica del artista Plácido Merino, en la que surge un acercamiento a las sombras que existen dentro de él, o como se mencionó en conferencia de prensa, surge de «la personalidad inconsciente del mismo sexo, lo inferior y censurable, esos “otros” que le llenan de temor, vergüenza y odio».
La muestra se encuentra en el Centro Cultural Bella Época del Fondo de Cultura Económica «Rosario Castellanos»; a través de setenta obras en óleo sobre papel se podrá tener un acercamiento hacia el artista.
«Fue hacer una recopilación en este transitar de emociones en los que me he enfrentado. […] Eran cosas muy fuertes para mí, y para poder escapar fue que empecé con esta serie, que son los pequeños seres que habitan en mí. Descubrí en esta serie que había un desahogo, aunque es una obra que me va a acompañar para toda la vida, para mí es muy importante hacer pintura emocional conceptual, porque trato de hacer una experimentación donde no solo pinto con la mirada sino pinto con los oídos, pinto con el olfato, en este caso prácticamente es como una serie de autorretratos, los autorretratos internos y es donde encuentro esa narrativa, de poder expresar quien soy, y yo me aproximo a mí mismo, por eso esta pintura también es parte de los silencios», comentó Plácido Merino en entrevista c con Noticias 22.
El trabajo de Merino siempre conlleva una investigación a partir del discurso brindado por cada uno de los diferentes modelos que participan en sus series y la aproximación que él genera con ellos, dando como resultado un trabajo disruptivo emocional-conceptual.
«Antes la comunicación era solo entre la obra y yo, y me empecé a dar cuenta de que estos rostros y estos seres le corresponden también a los demás, y al no tener un parecido conmigo más que con mi interior, y el interior de todos es nebuloso, no se ve, entonces ahí fue donde descubrí que estas obras les pertenecen a todos y es lo que me gusta que las personas acaban dándole lo simbólico, de su propio yo», agregó.
La exposición permanecerá en el Centro Cultural Bella época del Fondo de Cultura Económica Rosario Castellanos hasta el domingo 7 de noviembre.
Todas las imágenes: © Ireli Vázquez