El cineasta mexicano, Alejandro Torres Kennedy, estrena su ópera prima en el festival de Varsovia
Ireli Vázquez / Ciudad de México
Para la película Transition el refrán, «no hay mal que por bien no venga», aplica de manera correcta. La historia de este filme se traslada al mes de marzo del año 2020, cuando el cineasta mexicano Alejandro Torres Kennedy se encontraba en Sudáfrica con el plan de navegar en velero con unos amigos, hacia Brasil. Él llevaba su cámara y un micrófono para documentar el viaje, pero la pandemia por covid-19 lo cambió todo; al darse cuenta de que no zarparía como estaba planeado, decidió tomar su equipo y comenzó a pensar en una historia que mezclara realidad con ficción.
La película se centra en la historia María, una mujer francesa, que días antes de embarcarse en un viaje de ensueño a través del Océano Atlántico con unos amigos mexicanos, recibe la noticia de que se quedará completamente sola en una marina durante el confinamiento impuesto por el gobierno, para evitar la propagación masiva del coronavirus. Con el paso de los días, los tiempos de paz y tranquilidad que vive María en la marina se ven trastocados por una presencia misteriosa que la hará remembrar situaciones escalofriantes y la obligará a enfrentar sus miedos más profundos.
«La idea primero la concebí como un cortometraje, porque la idea de un largometraje en ese momento todavía no figuraba, no sabía cuándo íbamos a navegar porque cuando inició el confinamiento el gobierno sudafricano anunció que serían tres semanas, entonces yo comencé con la idea de hacer el cortometraje dentro de ese lapso. La producción del largo fue consecuencia de que el confinamiento se extendió, y al final esas tres semanas se convirtieron en un total de cinco meses y durante ese tiempo pudimos terminar la película», comentó en entrevista para Noticias 22 Torres Kennedy.
Para poder tener el desarrollo de este filme, Alejandro tuvo que desempeñar en varios papeles, pues fungió como director, guionista, productor, fotógrafo y editor. Asimismo, personas que conoció en su viaje fueron quienes le ayudaron con los papeles secundarios y la francesa Marie Boutonnet lo apoyo con el personaje principal. Como él lo dice, se trató de «un cine que no es el mejor, ni el óptimo, pero que, queda demostrado, se puede desarrollar.»
«Lo primero y lo que me motivó a pensar en serio e intentar hacer una pieza de ficción fue el hecho de que conocí a Marie, ella era parte de la tripulación de otra embarcación y también iba a hacer el viaje a través del Atlántico; en ese tiempo de convivencia me di cuenta que era una persona con mucha energía, muy proactiva, vi en ella el tipo de personalidad necesario para poder estar frente a una cámara, ese fue el detonante. Le propuse la idea y ella acepto y empezamos a filmar. Cuando las otras personas vieron que ya llevábamos semanas trabajando y actuando, les pedí que participaran para ciertos personajes secundarios, afortunadamente aceptaron y todos participaron de alguna u otra forma. Nos hicimos muy amigos, una familia», agregó.
En esta producción independiente queda claro que el esfuerzo y las ganas combinadas con el aprendizaje puede rendir buenos frutos; el proyecto abarcó poco más de un año hasta poder mostrarlo al público.
«Para mí significó, de alguna forma, el demostrarme que todo lo que había aprendido en los siete años anteriores en los que estuve aprendiendo de fotografía, de montaje, de dirección, de realización, habían valido la pena; siento que la vida me puso en ese lugar como para demostrarme que ya podía hacer un largometraje. Yo regresé de Sudáfrica en agosto de 2020, y digamos que todo lo que había editado en Sudáfrica fue como la base para encontrar el hilo narrativo, pero tuve que editar casi desde cero y terminé en diciembre. Platicando con un amigo, me comentó sobre buscar un apoyo para la posproducción, pero buscar ese apoyo implicaba esperarme mucho tiempo, y para mí era importe encontrar la forma de ir solventando poco a poco los gastos y trabajar para sacar adelante la producción», explicó.
Ahora, Transition, ópera prima de Torres Kennedy, participa en la edición número 37 del Warsaw Film Festival (Festival de Cine de Varsovia), el cual se realiza en Polonia y concluye el próximo 17 de octubre.
«Me siento muy contento y orgulloso porque considerando todas las limitantes que teníamos, ya es un gran triunfo. Siempre entra la duda y más en una producción tan independiente y tan limitada, pero es importante no darse por vencido.»
En México, aún se espera el visto bueno de algunos festivales para que el público pueda verla dentro del territorio nacional.