Luego de replegarse a las montañas en 2001, la milicia islamista toma el control de la capital de Afganistán este fin de semana
Redacción / Ciudad de México
Formada al inicio de los años noventa, la milicia islamista tomó el control de la ciudad de Kabul en 1996 e instauraron un régimen integrista sobre la «interpretación rigurosa de la ley islámica». Se impusieron castigos físicos y despojaron de cualquier derecho a las mujeres, de acuerdo a lo que informa en una nota el diario EL PAÍS. Ante el regreso de los talibanes a Afganistán, tras la toma de Kabul; ahora controlan dos tercios del país.
Mientras permanecieron en zonas montañosas, de difícil acceso o fuera del país, los talibanes implementaron diferentes estrategias de avance: la guerra de guerrillas y los atentados terroristas. Con su llegada a Kabul, la mirada internacional teme la vulneración de los derechos humanos de millones de mujeres afganas.
El testimonio publicado por AP de una mujer que creció en un Afganistán mayormente libre de talibanes, señala su miedo frente al regreso del grupo integrista y pasar de ser una mujer que ha trabajado duro para aprender y avanzar a tener que esconderse en su casa desde el pasado jueves.
La agencia de la ONU para los refugiados dice que casi 250 mil afganos han huido de sus hogares desde finales de mayo en medio de temores de que los talibanes vuelvan a imponer su estricta y despiadada interpretación del Islam, eliminando casi por completo los derechos de las mujeres. El ochenta por ciento de los desplazados son mujeres y niños.
Esta huida coincide con la retirada de las tropas de EE.UU. de Afganistán que comenzó a gestarse con Barack Obama. En abril pasado, Joe Biden informó que retiraría sus tropas y el repliegue inició en mayo. El mismo mes el grupo islamista empezó a extender su área de control. De acuerdo a información emitida por EL PAÍS, un milla de civiles han perdido la vida en la ofensiva talibán entre julio y agosto.
El grupo fundamentalista gobernó el país durante cinco años hasta la invasión liderada por Estados Unidos en 2001. Durante ese tiempo, prohibió a las niñas una educación y a las mujeres el derecho a trabajar, y se negó incluso a dejarlas viajar fuera de sus hogares sin un pariente masculino que las acompañara. Los talibanes también llevaron a cabo ejecuciones públicas, cortaron las manos de ladrones y apedrearon a mujeres acusadas de adulterio.
De acuerdo con lo que informa la agencia AP, no ha habido informes confirmados de medidas tan extremas en las zonas que los combatientes talibanes tomaron recientemente. Pero se informó que militantes se apoderaron de algunas casas e incendiaron al menos una escuela.
De acuerdo al testimonio de Zahra, la mujer profesionista entrevistada por AP, en los últimos veinte años desde la expulsión de los talibanes algunos avances significativos en Afganistán —que todavía es una sociedad profundamente conservadora y dominada por hombres — ya las niñas están en la escuela y las mujeres tienen participación en el parlamento, el gobierno y la economía.
Tras la conquista de Kabul por los talibanes el domingo 15 de agosto, miles de ciudadanos se apresuraron hacia el aeropuerto de la ciudad con la esperanza de ser evacuados cuanto antes, la mayoría de ellos sin visado, ni billetes para vuelos comerciales e incluso sin pasaporte, se lee en una nota de DW. Los civiles se reunieron en la parte de vuelos civiles del aeropuerto, las miles de personas que se concentraron en las pistas de aterrizaje obligaron a las fuerzas estadounidenses a enviar soldados para tratar de sacar a los afganos de las pistas de despegue de la zona militar.
Todos los vuelos desde el aeropuerto internacional de Kabul están temporalmente suspendidos, informó en un comunicado la autoridad de Aviación Civil de Afganistán: «No se acerquen al aeropuerto hasta que se reanuden los vuelos», añadió.
Al parecer, los talibanes están manteniendo conversaciones con el gobierno afgano para facilitar un «traspaso» de poder negociado. Un portavoz talibán dijo que quisieran que el presidente Ashraf Ghani y otros líderes afganos trabajen en dicha transición.
Por su parte, el gobierno confirmó que las negociaciones estaban en marcha para evitar el derramamiento de sangre en Kabul.
El ministro del Interior, Abdul Sattar Mirzakwal, afirmó que «no habrá ningún ataque a la ciudad» y que se está preparando «una transferencia pacífica del poder al gobierno de transición».
El presidente afgano del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, Abdullah Abdullah, señaló en una declaración en video que el presidente Ashraf Ghani, abandonó el país, refiriéndose a él como «expresidente».
Con información de El PAÍS, DW y AP.
Imagen de portada: © AFP / Getty Images