Murió este miércoles a los 94 años víctima de un infarto
Ciudad de México (N22/Redacción).- Su tono realista y crudo le dio una identidad. Es uno de los escritores más reconocidos de Brasil. Rubem Fonseca murió a los 94 años de edad víctima de un infarto. Se encontraba en su departamento en Río de Janeiro y fue trasladado a un hospital donde falleció justo un mes antes de cumplir 95 años.
Referente del realismo latinoamericano, su estilo áspero y directo bañaron toda su narrativa. De ésta destacan libros como las novelas Grandes emociones y pensamientos imperfectos (1988), Agosto (1990); y los libros de cuentos El cobrador (1979), Ella y otras mujeres (2006); y la crónica La novela murió (2008).
Tomás Eloy Martínez escribió diez años atrás, cuando Fonseca tenía 84 años en La Cola de Rata:
«Rubem Fonseca va a cumplir 84 años, y un editor brasileño me cuenta que está en decadencia, que sus libros ya no son lo que eran, como si olvidara que, a los 84 años, todas las luces tienden a declinar. El editor me dice que sus tres últimas obras, Mandrake: la Biblia y el bastón (2005), Ella y otras mujeres (2006) y La novela ha muerto (2007) han recibido sólo unas pocas reseñas de compasión. Sin embargo, sigue siendo leído como el creador más original de una literatura rica en creadores originales, desde los maravillosos Machado de Assis y Mario de Andrade hasta los desconcertantes Clarice Lispector y Joao Guimaraes Rosa. La biografía de Fonseca es una sucesión de sorpresas: ex policía que aprendió en las calles los laberintos de las intrigas criminales, vive desde hace décadas en el anonimato y el silencio, negándose a las entrevistas y frecuentando sólo a pocos amigos.»
En 2003, Rubem Fonseca obtuvo el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.