“El Quinto Muro”, una instalación en doce movimientos

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La memoria gráfica de esta instalación del artista Mario Palacios Kaim y los doce movimientos que la activaron será presentada esta tarde en el Centro Cultural Bella Época

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Ciudad de México (N22/Ana León).- Esta tarde en el Centro Cultural Bella Época, a las 19 horas, se llevará a cabo la presentación editorial del libro El Quinto Muro que da cuenta de la instalación y coreografía en doce movimientos, del mismo nombre, que el artista mexicano Mario Palacios Kaim desarrolló durante seis meses en la Sinagoga Histórica Justo Sierra, en específico, en un espacio que antes era ocupado como cocina y que ahora se utiliza, tras la renovación del edificio, como punto de encuentro de diferentes proyectos culturales.

Doce esquemas que construyen un “relato geométrico” funcionan como mapas de los doce movimientos que fueron ejecutados como parte del proyecto. El reflejo en los 24 espejos de agua circulares hechos con tapas de tambos de 200 litros color negro, rellenas de agua y la activación de la instalación a través de los movimientos, funciona como una metáfora “de la memoria” señala el artista, en entrevista, para quien “el espejo de agua refleja exactamente lo que hay en el momento y cambia al cambiar la realidad, entonces es una duplicación de la realidad. Se me hace la imagen primitiva por excelencia, como de las primeras imágenes que pueden haber aparecido en donde uno lo que ve es una superficie y una apariencia real”.

Esta “instalación en doce movimientos” como la denomina el artista, surge de una serie de dibujos mediante los cuales Palacios Kaim se planteó múltiples posibilidades para ocupar el espacio, los trazos se fueron alineando más hacia lo geométrico, este fue entonces el relato que el artista eligió, el geométrico “independientemente de cualquier discurso de otro tipo”. Las tres sillas que se integraron a la instalación  constituyeron un “punto de vista”, una “manera de señalar también el origen de la memoria. El origen de un recuerdo depende desde donde lo percibimos. La subjetividad de la memoria inicia desde que es capturado algo, si yo capturo una imagen mi posibilidad de recordarla depende desde dónde la vi. Lo que me gusta de esto es que no existe una sola verdad en la memoria.”

“¿Por qué la llamo coreografía?”, se pregunta el artista al tiempo que se responde a sí mismo: “esto es porque “realmente se desarrolla en el tiempo en varios actos, en lugar de llamarle actos los llamo movimientos, porque también tiene que ver con la música, un discurso que tiene que ver con el tiempo como si fuera una sinfonía. Entonces, es una instalación en doce movimientos.”

El título, como nos explica el artista, lo toma de “la cuarta pared”, esta idea originada en las artes escénicas, “que es el punto de contacto entre el actor y el espectador, entonces romper la cuarta pared es cuando el actor se dirige al público. Como aquí es un cuarto cerrado —refiriéndose al espacio ocupado en la Sinagoga— el quinto muro para mí son los reflejos y el romperlo es inevitable, al entrar simplemente y dejar que tu imagen, tu reflejo, esté en el plato, el quinto muro se rompe y ya eres parte de la obra, ya tu imagen quedó incluida en la misma pieza. Entonces ese quinto muro se rompe cada vez que alguien lo percibe, se mira o mira a otro y al mismo espacio. La obra, en lugar de ser una cosa pasiva se convierte en activa, siempre está activa.”

Buscando la incorporación la imagen del espectador dentro de la pieza como una constante durante los seis meses que estuvo la instalación en la Sinagoga, El Quinto Muro se desprende, directamente de un proyecto previo del artista, Abismo superficial, que es un antecedente, un ejercicio en el que sobre un fragmento de neopreno se vierte agua y se aborda el tema de la superficie del agua como un abismo, un foso y el mito de Narciso, que también están presentes en El Quinto Muro.

Además de la presentación del libro, la proyección del documental y la inauguración de la memoria fotográfica de la instalación que se realiza hoy y que permanecerá todo el mes de septiembre. Unos días antes de concluir, el 29 de septiembre, se presentará una coreografía en este espacio, mientras que el documental se proyectará en una pantalla durante toda la muestra.

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