Redacción/CDMX
El consumo de tabaco deja un registro detectable en los huesos, incluso después de un largo periodo de haber muerto, asegura un equipo de investigadores de la Universidad de Leicester en un estudio publicado en Science Advances.
Los investigadores analizaron los restos óseos de 323 difuntos que datan del siglo XII hasta el XIX, procedentes del cementerio de St Jame’s Garden en Londres, y otro de Barton-upon, Humber, Lincolnshire.
Liderados por la doctora Sarah Inskip, el equipo utilizó técnicas avanzadas como la cromatografía líquida y la espectrometría de masas de alta resolución, por lo que identificaron 45 características moleculares distintas en la capa externa de los huesos, que diferenciaban a los fumadores y quienes no consumían tabaco.
“Nuestra investigación… puede tener importancia para entender por qué el consumo de tabaco es un factor de riesgo para algunos trastornos musculoesqueléticos y dentales”, mencionó la doctora Inskip.
El descubrimiento es especialmente valioso para la bioarqueología, pues permite a los investigadores identificar a los antiguos fumadores, incluso cuando no existen las típicas señales en los dientes.
Esto abre nuevas posibilidades para comprender cómo el tabaco afectó a las poblaciones del pasado y es un aporte valioso para estudiar la salud histórica.
(Con información de Deutsche Welle)