Redacción/CDMX
Algunas personas les resulta útil el stalkear a su crush antes o durante el momento que mantienen una conversación con esa persona, todo para conocer acerca de sus intereses o experiencias y así ampliar la conversación.
Esto no es un problema a menos que se crucen los limites personales, convirtiendo ese contacto en una obsesión y más aún llegar al punto de convertirse en acoso.
El acoso online se puede definir como practicas de recopilación de información, más en específico, es una investigación de la persona y no una simple observación.
Otro tipo de acoso es cuando se utiliza las redes sociales para amenazar a una persona. En esencia no son lo mismo, pero si la obsesión crece puede cruzar a este punto de ser un acoso consiente e intimidador.
Aunque, un lado positivo de revisar las redes sociales de quien gustamos conocer es por medidas de seguridad, ya que esto ayudaría a no salir o conocer gente que puede no ser quien dice ser.
La Dra. Pamela Rutledge, directora del Centro de Investigación de Psicología de los Medios, un grupo de investigación independiente en el sur de California explica que el stalkear para mejorar una interacción tiende a ser saludable, pues es señal de que la persona se está involucrando para construir una relación real.
Pero, el gastar cantidades poco saludables en línea investigando a una persona, comparando y moldeando la personalidad para adaptarte a la del otro ya llega a ser un punto enfermizo, lo cual según la doctora puede pasar rápidamente.
El término limerencia mencionado en el libro Love and Limerence de 1979, de la psicóloga Dorothy Tennov, se adoptó para describir este comportamiento enfermizo, llamando limerencia a esta actividad mental espontanea que se caracteriza por un pensamiento intrusivo, obsesivo y persistente hasta alcanzar un “objetivo”.
Una persona limente elabora fantasías basadas en toda la información que recopiló del perfil de la otra persona.
Pero el reconocer que se tiene estas actitudes puede servir para hacer algo al respecto.
Es importante que si ves indicios de esto, hacer autoconciencia y reconocer cómo te sientes y por qué realizas ciertos comportamientos, dándote oportunidad de descubrir si vale la pena perseguir ese “objetivo” o velar por la propia tranquilidad mental.
(Con información de Mashable)
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