Redacción/CDMX
En estos días la cantautora británica Adele mencionó que dejó de beber, describiéndose a sí misma como una “alcohólica limite”, pero ¿será que este término existe?
Las personas pasan de una vida sin ingerir nada de alcohol a hacerlo de manera dependiente, algunas veces controlando las subidas y bajadas de su consumo en las diferentes etapas de su vida.
Para las directrices nacionales australianas, por ejemplo, el consumo de alcohol no debe ser mayor a diez tragos por semana y no más de cuatro por día, por lo que lo moderado serían de dos a tres tragos por semana.
Si la persona bebe por encima de esa pauta, es probable que experimente problemas a corto o largo plazo, ya sea dependencia al alcohol, cáncer, diabetes o enfermedades cardíacas, aumentando el riego mientras aumenta el consumo.
Aproximadamente 25% de los australianos beben en niveles riesgosos y alrededor del 6% beben a niveles tan altos que pueden volverse dependientes.
Rara vez se utiliza el término “alcohólico”, pero son las propias personas, como es el caso de Adele, quienes lo utilizan para evidenciar el daño que ocasiona en sus vidas y así mantener su objetivo de dejar de beber.
El concepto que utilizan los profesionales es “dependencia” que puede ir desde leve, moderada y severa. Además, puede variar depende de los distintos tipos de dependencia que pueden llegar a tener las personas, la cual también puede ir cambiando.
La gravedad de los problemas que el alcohol le ocasiona a las personas en su vida diaria también es uno de los factores para medir su nivel de dependencia.
Aunque los problemas no siempre se relacionan al consumo, porque puede haber personas que beben poco y tienen muchos problemas, como quienes beben en exceso sin consecuencias negativas.
(Con información de The Conversation)