Redacción/CDMX
En el marco del 212 aniversario del inicio de la Independencia en México, la historiadora Ana Salinas segura que la cinematografía mexicana no le ha dado la visibilidad que merece el movimiento.
A diferencia de las numerosas cintas realizadas en torno a la Revolución Mexicana, la Independencia cuenta con a penas una veintena de cintas.
Esto podría explicarse por las circunstancias del cine de la época, pues llegó a nuestro país a finales del siglo XIX y buscaba retratar situaciones de la vida cotidiana.
Las primeras cintas relacionadas con el tema fueron grabadas por camarógrafos y cinematógrafos como Salvador Toscano y los Hermanos Alba, que se centraron en plasmar la cotidianidad en septiembre de 1910.
La primera película de ficción sobre el evento fue El Grito de Dolores de 1907, de la cual se conservan solo cerca de dos minutos debido a la degradación del material.
Después de ella, en la década de los cuarenta se llevaron a cabo tres largometrajes sobre la Independencia.
Sin embargo, pasarían 30 años para que se retomara el tema y a partir de la década de los setenta se grabaron Mina, viento de libertad, de Antonio Eceiza (1977); La Güera Rodríguez, de Felipe Cazals (1978); y Gertrudis (1992) de Ernesto Medina.
Además de Hidalgo, la historia jamás contada (2010), de Antonio Serrano.
Los últimos largometrajes realizados en torno a la Independencia de México se presentaron con motivo de su Bicentenario en 2010.
Salinas le atribuye este hecho a que el cine quizá creyó que la lucha insurgente es un tema superado por los mexicanos y decidieron enfocarse en los traumas de la Revolución Mexicana.
(Con información de Excélsior)