‘Fuimos revolución: 10 de junio de 1971’¸ sobre la represión estudiantil: el Halconazo

Alberto Aranda / Ciudad de México

Para que no se olvide lo ocurrido hace más de cinco décadas, se desarrolló el documental, Fuimos Revolución: 10 de junio de 1971.

Esta realización conto con el guion de Carlos Morales y dirección de Jaime Fraire Quiroz y cuenta con los testimonios de seis sobrevivientes: Jesús Martín del Campo, Paloma Saíz Tejero, Paco Ignacio Taibo II, Lourdes Rodríguez Rosas, José Leobardo Reveles y Luis Ángel García.

«Los gobiernos autoritarios de la época de México, de los años 60, 70 y todavía los 80 fueron muy similares a las dictaduras de América del Sur. Sin ser golpes militares se actuaba. La preponderancia de las fuerzas armadas era fortísima y se actuaba en contra de la disidencia con igual autoritarismo y con la idea de aniquilamiento que existió en Chile, Argentina y Uruguay. Y lo que ocurre es que aquí se reprimió con mucha saña a las manifestaciones que eran pacíficas, totalmente pacíficas», explicó en entrevista, el periodista José Reveles.

Por su parte, la sobreviviente, Lourdes Rodríguez Rosas, agregó que: «el sector juvenil se enfrentó a un Estado autoritario y “adultocratico”, como jóvenes no podíamos opinar y necesitábamos de tutela, que los jóvenes no éramos capaces de presentar propuestas a menos que estuviéramos dentro de sus reglas; y los resultados los tenemos con las dos grandes masacres que se dieron y la derrota del movimiento estudiantil».

El documental da cuenta de lo ocurrido y deja claro que la impartición de justicia es una asignatura pendiente.

«Ese es el gran pendiente. […] Que sepamos qué pasó con todos nuestras y nuestros compañeros detenidos y desaparecidos durante todo este periodo, porque no nada más fue en la guerra sucia, fue un periodo muy largo», mencionó Rodríguez Rosas.

«Los mismos halcones, jamás fueron juzgados. Algunos fueron capturados, pero porque se convirtieron en asaltantes. Atracaron bancos. Aprendieron eso antes, porque lo hacían como una provocación, como una forma de culpas al estudiantado y a jóvenes de hacer este tipo de actos ilícitos, pero ellos los hacían. Entonces lo siguieron haciendo después», concluyó José Reveles.