La presencia del estado en el FIC ha sido a través de las expresiones artísticas, la tradición, el vino, el sotol y los dinosaurios. Su delegación ha estado integrada por más de 650 personas y 65 actividades
Huemanzin Rodríguez/Guanajuato, Guanajuato
En la Plaza de Baratillo, en el centro de Guanajuato, está la Casa Coahuila, espacio temporal que lo mismo sirve para promocionar a sus artesanos que para organizar encuentros literarios y mesas redondas sobre temas tan diversos como el hip hop que se hace en ese lugar, como sobre la obra de las poetas o los escritores coahuilenses. A unos días de que finalice el Festival Cervantino, que en su edición 49 ha tenido a este estado como invitado de honor, Ana Sofía García Camil, secretaria de cultura del estado de Coahuila, comparte el trabajo que se ha desarrollado en Guanajuato y las dinámicas impulsadas para reforzar la identidad del noreste.
«A veces la gente se pregunta «¿qué hay en el norte?», sobre todo en Coahuila. ¿Qué se puede encontrar ahí? ¿Cuáles son sus manifestaciones artísticas? ¿Qué turismo se puede hacer ahí? Hemos buscado diferentes escaparates a nivel nacional, en cultural y en presencia. Así hemos encontrado oportunidades nuestras como la Feria del Libro de Torreón, el Festival Julio Torri y participar en el Festival Cervantino. Lograr que Coahuila sea el estado invitado, desde 2020 extendido por la pandemia a 2021, es muy importante. Es la primera vez que estamos invitados al Cervantino.
»Es un gran reto, es representar el noreste mexicano, pues en casi cincuenta años del Cervantino, sólo cuatro estados del norte han participado. Nosotros hemos querido mostrar la gran diversidad de manifestaciones artísticas que tenemos, así como nuestro patrimonio inmaterial y las rutas turísticas que queremos compartir con el mundo.»
¿Cómo se hizo la curaduría para participar en el Festival Cervantino?
Fue difícil, la idea ha sido representar al estado en sus cinco regiones a través de las diferentes expresiones artísticas. Así nuestra curaduría integra a más de 590 artistas que participan en el Cervantino con más de 65 actividades.
¿Cómo generar un vínculo entre la expresión artística y cultural, cuya trascendencia a largo plazo como elemento identitario, con las industrias culturales que, aunque su materia prima es la cultura, responde a las necesidades y retos de cualquier industria?
Creo que se logra a través de diferentes espacios, como los que hemos tenido. Hemos mostrado el trabajo de los artesanos. Hemos logrado que el sotol, bebida que sólo se produce en Coahuila, Durango y Chihuahua, tenga su denominación de origen. Así como proteger a nuestras cocinas tradicionales. Creo que lo primero es darles un foro a nuestros artesanos para que ellos mismo vean lo que ocurre en otros lugares. Otro aspecto importante es buscar la profesionalización de este sector de la “economía naranja” [como se conoce a las industrias creativas y culturales]. Es un reto importante para nosotros en la secretaría de cultura, darles las herramientas tanto a los artesanos como a los artistas, para que puedan entrar en esta dinámica. Con proyectos que puedan tener referencias en otras partes del país. En eso estamos ahora.
Sobre la identidad. Tendemos a simplificar todo y así como Jalisco se reduce al tequila y el mariachi, Veracruz es son jarocho. De la misma manera en que el norte se mira como una sola cosa entre Tijuana y Tamaulipas, asado de por medio, recordando a José Vasconcelos. Es cierto que la frontera da un rasgo único que comparten, como una cultura común. Pero, ¿cómo hablar de la identidad de Coahuila?
Si, compartimos rasgos, pero hay varios elementos que nos dan identidad. Por ejemplo, para mí es muy interesante lo que se puede investigar desde el punto de vista paleontológico. Tenemos una riqueza impresionante en el Estado de Coahuila que nos ha permitido hacer el Museo del Desierto, uno de los más importantes de su tipo a nivel mundial porque no sólo se exhibe, también se hace investigación sobre el tema. Es algo que no todos los estados lo tienen. En cada región de Coahuila hay sitios para explorar con especies de dinosaurios endémicas. Por otro lado, estamos explorando el tema de las rutas turísticas del vino. Los Vinos de Coahuila, que es ya una marca, agrupa a 25 de 27 casas vitivinícolas. La casa más antigua donde se hacía vino era en Parras de la Fuente, pero se produce vino en las diferentes regiones, en el Norte, en la Carbonífera, en la Sureste, en La Laguna. Hay una ruta premiada a nivel nacional que es la llamada Vinos y Dinos, que busca agrupar estas dos riquezas. Somos el segundo estado que produce más vino en el país y puedes conocer las variedades de la mano de la ruta paleontológica.
Nosotros no tenemos pueblos originarios, como lo tendrían otros estados del norte, pero tenemos dos etnias presentes que ya son parte de Coahuila, son los mascobos, afrodescendientes mexicanos de los migrantes que venían de Estados Unidos; y tenemos a los kikapús, un grupo que viene desde Canadá y que están asentados en la región carbonífera.
La plata es otro tema que manejamos, estamos haciendo un cluster platero con el que el diseño, se vincula con espacios turísticos de nuestra región como Cuatrociénegas, como la Flor de Jimulco; pero también con expresiones muy identitarias de nosotros como lo es el textil. Tenemos una Escuela del sarape, es una carrera técnica de donde han salido 45 egresados. La idea es rescatar la manera original de hacer el sarape, desde los materiales como la lana, hasta el tintoreo natural con material endémico y el tejido en telar. Los estamos preparando para que tengan empresa cultural. Y en colaboración, no apropiación cultural, con la escuela y los maestros tejedores, desarrollamos una marca de ropa. Tenemos también una joyería con diseños vinculados al sarape. Aquí en Casa Coahuila verán candiles con elementos del sarape.
En artes plásticas nos quisimos traer el desierto y el sarape. Tenemos seis exposiciones aquí en el Cervantino y muchas de ellas están tocando nuestra identidad: el desierto, vivir en el noreste, el sarape y joyas fósiles —está en Silao en el Parque Bicentenario, donde hay desde fósiles hasta dinosaurios animados para que los niños los vean, para poder viajar 72 millones de años al pasado, estará hasta el 31 de octubre—.
¿Qué es lo que resta de Coahuila para el Cervantino?
Hemos tenido mucha actividad en los trece espacios en los que participamos, viene unos cardencheros de La Laguna con un programa titulado Canciones de amor y desamor; es nuestra última presentación el domingo 31. También en la Ex Hacienda de San Gabriel de Barrera estará Imaginarte Art-Compañía Columna Cuatro. Hemos tenido muchas actividades en la Plaza San Fernando, que ha sido nuestra sede oficial. Este miércoles 27 de octubre en el Teatro Juárez, estará la soprano Alejandra López-Fuentes, a quien ya escuchamos en el Egmont de Beethoven con la Camerata de Coahuila, dirigida por el maestro Ramón Shade, pero ahora ella cantará un programa bellísimo de música tradicional española, acompañada por el pianista Alejandro Reyes-Valdés. Esa será nuestra última participación en el Teatro Juárez.
Aquí en la Casa de Coahuila ha habido literatura y conferencias interesantes para que no sólo sea un espacio para adquirir productos gastronómicos, artesanía, libros y vinos; también hay actividades académicas. Tenemos mucho que ofrecer. Y creo que, la verdad, hemos mostrado el gran mosaico, la diversidad que es Coahuila. Para que nuestra comunidad se sienta orgullosa de lo que mostramos en el mundo, porque el Festival Internacional Cervantino es un escenario al mundo.
Por último, una curiosidad, ¿cuáles son las uvas que mejor se dan en Coahuila?
Tenemos de casi todas. El caberné sauvignon es muy bueno en las diferentes regiones, al igual que los shiraz. Tenemos pinot noir, que no se da en todos lados. Hay dos viñedos que están en muy alto y por eso se dan los vinos de pinot noir. También hacemos muchas mezclas interesantes que pueden encontrar aquí en Casa Coahuila, así como el sotol, que lo estamos impulsando en la Comarca Lagunera, en General Zepeda —también zona paleontológica—. La denominación de origen la compartimos con Chihuahua y Durango; y ya es patrimonio inmaterial del estado, no el líquido, sino todo el proceso: desde la planta endémica, hasta los procesos culturales, sociales, económicos y antropológicos.
El sotol, como el estilo musical fara fara, por muchos años fue considerado como algo sólo de pobres.
Exactamente y ahora con eso estamos reforzando nuestra identidad y lo impulsamos como lo nuestro, lo que significa ser norestense.
Imagen de portada: Interior del Museo del Desierto en Saltillo, Coahuila
Todas las imágenes: ©Huemanzin Rodríguez