La música durante la Independencia de México

La música creada en ese contexto, actualmente es considerada un documento histórico

Ireli Vázquez / Ciudad de México

Para hablar de la historia de México, se necesitan tomar en cuenta sus costumbres, su arte, su cultura y la música, la cual, por ejemplo, tiene una gran importancia dentro del Movimiento de Independencia, al grado de convertirse en un documento histórico.

Durante el Movimiento de Independencia de México, la cantidad de personas que sabían leer y escribir era mínima, por lo que las noticias, hazañas militares y políticas se transmitían mediante cantos, melodías y danzas. Pero ¿cómo fue esto? La historia nos remonta mucho antes de la Independencia de nuestro país.

El investigador y profesor en Historia de la Música, Juan José Escorza, explicó en entrevista con este medio, que «a finales del siglo XVIII y principios del XIX —justo antes del estallamiento del movimiento de Independencia—, la música de México había llegado a un estado muy interesante. Dentro del ámbito del ejercicio de la música, podríamos decir que había una música en las iglesias, una música eclesiástica, que consistía en el canto de la liturgia, donde ésta se había convertido en un pretexto para el lucimiento de los músicos, y también había una música en los teatros, los músicos de la catedral también trabajaban en el teatro lo cual es muy interesante a fines esos siglos porque es justo en la música teatral donde se nota ya un intento de emancipación de la música española.

»La ópera italiana dominaba la música teatral española, en España hubo un movimiento para nacionalizar la música teatral, es decir, el público comenzó a solicitar música española en lugar de la música italiana, y en nueva España sucedió algo similar, los públicos comenzaron a pedir música mexicana, en lugar de la música española tradicional.»

Es así como comienza a surgir un nuevo movimiento en la música de nuestro país. Música que comienza a ser solicitada, sonada, escucha e interpretada por aquellas personas que gustaban de sus rimas, ritmos y simplicidad.

«Las clases populares tenían otro tipo de música, el tipo que va a dar origen a la música popular mexicana que se va a desarrollar en el siglo XIX y siglo XX. Los investigadores nos referimos a ellos como sones de la tierra, o los sonecitos nacionales o regionales, pero esos sonecitos que no eran más que cantos sencillos pero muy atractivos, se enlazaban, se poblaban de letras de lo más variado y se bailaban por la gente, ese tipo de música dio como resultado al jarabe. Hoy conocemos el jarabe tapatío, que es el esquema fosilizado de toda una tradición muy grande que se dio en el siglo XIX», comentó.

Como se mencionó en un inicio, la música servía como forma de comunicar las hazañas y las noticias de ese entonces, pero, ¿cómo fue utilizados estos jarabes dentro del movimiento? y ¿cuál fue su papel fundamental?

En palabras del profesor Escorza, el jarabe se asociaba con los insurgentes ya que todo el que tuviera ideas insurgentes gustaba del jarabe, convirtiéndose así en su signo de identificación. Sin embargo, los españoles peninsulares no bailaban jarabes, pero los novohispanos que ya se sentían mexicanos sí lo hacían. «Yo en algún escrito he tratado de equiparar el gusto popular tan fuerte por el jarabe en el siglo XIX, con la devoción a la virgen de Guadalupe, ningún otro pueblo se identifica con la virgen de Guadalupe como el mexicano, y así mismo, ningún otro pueblo se identifica con el jarabe como el mexicano», agregó.

Muchos dicen que la persuasión es un arte, pues convencer a alguien para hacer que cambie de idea, o sobre un tema determinado, no es tan sencillo. La persuasión tiene como objetivo influir en una persona, dejando claro las intenciones que existen en primera instancia, y es así como la música funcionó a la perfección entre la población.

«El contingente de los liberadores de los insurgentes, se dio cuenta muy pronto del poder enorme de las canciones, la música tiene un poder psicológico que la letra sola no tiene. Eso lo sabían los insurgentes, pero también lo sabían las autoridades del virreinato; de modo que comenzaron a perseguirlos, como persiguieron unos decenios antes a muchas canciones que eran consideradas inmorales y lujuriosas, ¿por qué?, porque las canciones permanecen más entre la población que una nota en la prensa, porque en la prensa puede haber una artículo, si en el remoto caso que la gente pudiera leerlo quizá no entendía muy bien las ideas, porque estaba llena de idead filosófica, pero una canción la entendía cualquiera, y con el apoyo de la música mucho más», explicó.

Estas composiciones comenzaron a escucharse en casas, tertulias, las plazas, incluso en las cárceles. Y eran llevadas de boca en boca, donde incluso los soldados, pero no los soldados insurgentes, sino los realistas, también comenzaban a cantarlas. Muchos de esos jarabes, permanecieron en la memoria de la gente por muchos años, y hoy en día podemos saber de ellos ya que unos permanecieron por tradición escrita y otros tantos en la oral.

«En el convento de Guadalupe encontraron uno de los corridos de la independencia más interesantes, que es Las Mañanas o Las Mañanitas de Hidalgo».

A las seis, a Guadalupe,

por las calles de Cifuentes,

llegaron el Cura Hidalgo

y su tropa de insurgentes.

¿Qué harán esos gachupines,

mercaderes y mineros,

con Hidalgo y con Iriarte

que son hombres justicieros?

Hay fogatas en la plaza

y en los cerros guarniciones,

Hidalgo esta con Zaldúa,

y hay jefes en los mesones.

Hay fogatas en la plaza

y en los cerros guarniciones,

Hidalgo esta con Zaldúa,

y hay jefes en los mesones.

¡Pobrecitos gachupines,

les quitaron todo el oro!

No pasará eso a Zaldúa,

porque Zaldúa es muy zorro.

¿Por qué tendrá Hidalgo escolta,

si es valiente y es guerrero?

-No lo sabe ni la tropa,

Contimás el pozolero.

¡Arriba Miguel Hidalgo

que ha llegado a nuestra tierra,

que ha matado gachupines

y que les hace la guerra!

«Otro de los jarabes que se ha conservado y es importante se llama, La Muerte de Morelos. Un corrido que parece haber sido escrito en la misma época de la Independencia, es el corrido de «Valerio trujano», él fue un hombre que perteneció a las huestes de Morelos. Ésas son algunas de las canciones que se encuentran en fuentes escritas, pero que los investigadores recogieron de la tradición oral; hay canciones que fueron escritas en los medios impresos de esa época, por ejemplo, ésta Ínclito Gran Morelos», concluyó el profesor e investigador Escorza.

Si deseas conocer a detalle más sobre estos jarabes que se crearon durante la Independencia de México, puedes consultar la Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia, donde de manera libre se pueden escuchar los corridos mencionados por el profesor Escorza.

Imagen de portada: Consejo Estatal para la Cultura y las Artes