Sobre el proyecto “Mitigando el efecto económico y social de las mujeres en situación de vulnerabilidad de la Ciudad de México”
Karen Rivera / Ciudad de México
En 2020, aproximadamente 3.2 millones de mujeres perdieron su empleo en México, a consecuencia de la pandemia, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. El panorama en general es devastador. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que la crisis sanitaria provocó la pérdida de 34 millones de empleos, en América Latina y El Caribe, y la población femenina fue la más afectada. Frente a este panorama, la OIT y ONU Mujeres hicieron un llamado para que los gobiernos se unieran y apoyaran de manera emergente a este sector. Así nació el proyecto “Mitigando el efecto económico y social de las mujeres en situación de vulnerabilidad de la Ciudad de México”, financiado por la Unión Europea.
«Este proyecto ha pretendido apoyar a 600 mujeres en situación de vulnerabilidad de la Ciudad de México, en tres principales sectores: mujeres trabajadoras sexuales, mujeres trabajadoras domésticas y mujeres jefas de familia. En este caso estas mujeres fueron detectadas por las unidades territoriales de la Ciudad de México denominadas Las LUNAS. En este caso estas mujeres ya tenían un expediente o registros dentro de las LUNAS. Las LUNAS son las unidades territoriales de atención a la violencia de la Secretaría de las Mujeres. Estas se han tenido que cerrar algunas; sin embargo, se mantiene una por alcaldía», señaló Marcela Salazar, coordinadora del proyecto “Mitigando el efecto económico y social de las mujeres en situación de vulnerabilidad CDMX”.
Este apoyo se logró en alianza con la Asociación Civil Saber para la Vida, dedicada a la formación de mujeres para su crecimiento personal y su autonomía económica y la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México. La Unión Europea decidió donar de uno de sus fondos emergentes más de 3 millones 900 mil pesos, lo que significó otorgar más de 6 mil pesos a cada una de estas mujeres. Uno de los objetivos fue que las mujeres pudieran autoemplearse. Pero ¿cómo dar continuidad y hacer eficientes este tipo de apoyos? ¿Se puede hablar de políticas que feminicen la economía?
«Nosotras actualmente estamos en diálogo con la misma Secretaría para que sigamos con estas mujeres hacia delante; estamos en un trabajo ahora de evaluación para ver precisamente hacia las necesidades primarias de las mujeres cómo detonamos pequeños negocios, pero en colectivo. Que entiendan que si podemos invertir en el trabajo de las mujeres se asegura un gran progreso económico, y detonación económica.
»Se requiere de políticas que feminicen la economía, que sepan que es seguro invertir en las mujeres, que es seguro apostar a que, pareciera un recurso pequeño, pero ahorita hay negocios que se están detonando ya con este recurso, pero requieren que haya continuidad. Y desde nuestra parte nosotros tenemos la apuesta de continuar para darle solidez a este impulso que surgió como apoyo emergente.»