Robocov, un androide que lucha contra la covid-19

El robot creado por un equipo de investigadores, profesores y alumnos del Tecnológico de Monterrey, ayuda a transportar objetos, desinfectar espacios y detectar el uso de cubrebocas

Karen Rivera / Ciudad de México

Los robots se han convertido en una pieza clave de la innovación científica y tecnológica. Y en un contexto de pandemia como el actual, en el que es necesario guardar distancia entre seres humanos, pueden ser una herramienta de apoyo. Robocov, es un androide creado por un equipo de investigadores, profesores y alumnos del Tecnológico de Monterrey, que ayuda a transportar objetos, desinfectar espacios y detectar el uso de cubrebocas para apoyar en la lucha contra la COVID-19.

Robocov es más que una estructura de fierro. No usa casco ni armadura, pero puede cuidar un espacio manteniéndolo desinfectado y libre de coronavirus.  Se trata de un androide tele-operado, es decir una máquina que se puede maniobrar a la distancia con ayuda de un control remoto. Además, tiene una particularidad, es reconfigurable para diversas aplicaciones logísticas y de apoyo en entornos como hospitales, aeropuertos y universidades.

En palabras de Pedro Ponce, líder del Proyecto Robocov del Tec de Monterrey: «El termino reconfigurable quiere decir que, de acuerdo a la tarea específica que se quiera realizar, se puede adaptar el robot con un mínimo de modificaciones. Entonces la idea básica que empezó a trabajarse es por qué no hacer una plataforma como la que se tiene en los automóviles en la cual tú puedes cambiar el chasis y algunas partes y cambiar completamente la tarea que puede realizar este robot.»

Las tareas con las que se puede configurar este androide son: desinfectar espacios con líquido y luz ultravioleta; trasladar equipo médico y objetos pesados; funcionar como enfermero vigilante, esto quiere decir mantener interacción remota con pacientes y médicos, además de transportar medicamento; así como la detección temprana de temperatura y detección correcta de uso de cubrebocas con análisis de imágenes. Incluso, gracias a la inteligencia artificial y comandos, el robot puede interactuar de manera auditiva y visual con las personas para pedir el uso adecuado de las mascarillas.

«Y, por ejemplo, en labores de sanitización puede estarlas haciendo de manera rutinaria, se pueden pregrabar ciertas rutinas, en ese sentido liberan al que maneja el robot de estar siempre haciendo la misma rutina de limpieza: se preprograma la rutina de manera anticipada y se pone al robot a limpiar de manera automática.»

La estructura de Robocov se compone de cinco módulos intercambiables: luz ultra violeta, desinfección, didáctico, de atención y de vigilancia. Su capacidad de carga es de 80 kilogramos en la parte superior y como parte de su sistema de navegación tiene sensores de distancia y cámara. También cuenta con una batería recargable con autonomía de cinco horas y transmisión de video en tiempo real.

«Al final del día, la tecnología se está haciendo para mejorar la calidad de las personas y si tenemos que poner a alguien en riesgo que no sean personas, que sean máquinas, a la máquina no le va a pasar nada.»

Robocov es también llamado un vigilante de COVID-19. Ahora se encuentra en su última etapa de prueba, es decir, se utiliza de manera rutinaria en diferentes ambientes y condiciones para comprobar su eficacia. A futuro, el equipo de trabajo de esta iniciativa busca agregar al androide elementos que permitan detectar estados anímicos de las personas, para evaluar si están tristes o cansadas, con el objetivo de detectar de manera temprana  padecimientos mentales como la depresión.

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