Cafetería, tienda y fondita es como funciona este negocio de barrio ubicado en la colonia Escandón. Los pequeños comercios tampoco pueden parar pues el ingreso diario depende de su apertura, ¿cómo sortean estos días de pandemia?
Ciudad de México (N22/Ana León).- «La Salvación inicia como un pequeño negocio familiar hace seis años, como una fondita de comida corrida y después se integran socios capitalistas, incluida yo», cuenta Emilia Gutiérrez socia de este negocio de barrio ubicado en la colonia Escandón, en la Ciudad de México. Luego, me dice, buscaron un lugar más grande para tener «más exposición no sólo como una fonda, sino como cafetería y con venta de productos orgánicos y de comercio justo, pero productos básicos. Nuestro producto estrella es el café de Chiapas, de una cooperativa.»
Cuando charlamos Emilia y yo, mantenían sus operaciones mediante entrega a domicilio o pedidos in situ para llevar. Actualmente, todo se ha trasladado sólo a la entrega a domicilio. La lucha por la permanencia los lleva a plantearse un escenario diferente cada semana, como a muchos otras pequeños emprendimientos gastronómicos en el país.
«Estar por whatsapp es la forma en la que estoy trabajando ahora, vendiendo unas cuantas comidas al día, más la gente que pasa, más las plataformas digitales que, además son pobres, porque te cobran una comisión del 30% más el costo de envío.»
Había planes: planes para ventas, planes para la tienda, planes para la barra de café, planes operativos, alianzas con empresas grandes y de más experiencia en el ramo gastronómico, pero todo paró. La llegada del coronavirus lo detuvo todo. Ahora, en palabras de Emilia, la dinámica de ventas está estancada y por debajo del mínimo para cubrir los costos fijos. Pero dentro de todo el caos, hay cierto orden «hemos estabilizado ciertos productos y servicios en ventas en la tienda, café y huevos. Las tazas de café, de la gente que pasa, para llevar. Y en cocina, la chef Ximena ha implementado procesos creativos de platos distintos que no teníamos en la carta, para salir con ofertas creativas para los clientes.»
Reinventarse todos los días es un ejercicio agotador pero necesario en estos días marcados por los caprichos del Covid. Esa malsonante “nueva normalidad” que nos espera, dicen, cuando todo esto termine, es más bien la que vivimos estos días. Un presente incierto o, mejor dicho, más incierto que antes, y que forza a recomponer procesos pues al día siguiente todo puede transformarse.
Las pymes en México brindan 6 de cada 10 trabajos y aportan el 52% al Producto Interno Bruto. La actual pandemia les ha pegado de manera rotunda. Cuando semanas atrás el gobierno del país habló de la entrega de microcréditos por 25 mil pesos a pequeños empresarios, surgen preguntas como si este dinero ofrece una posibilidad real y con qué escenario se topa esta “ayuda”. «Llenamos un formulario, pero ya estamos en crédito. Realmente es pedir más créditos de los que ya tenemos. Es bueno que el gobierno esté abriendo esas facilidades, pero desde que esto empezó y con los costos que tenemos, tuvimos un planteamiento financiero que se resolvía con crédito. Porque finalmente, cuando resultas sorprendido es que no te anticipas, entonces, los tirones financieros pueden ser más graves. Hay tirones sí, no hay ingreso, pero si te anticipas con un crédito es un poco más fácil saber hasta cuánto puedes aguantar o irte administrando.
Aún no es posible conocer cuáles serán todos los daños colaterales del coronavirus en nuestras dinámicas diarias, ¿qué tanto de lo que ahora se ha instalado permanecerá después de la crisis? «Esa demanda limitada nos ha permitido mejorar procesos y simplificar, sobre todo en cocina. También que muchos vecinos que no nos conocían nos han conocido al tener productos de la tienda a buen precio, de buena calidad y a la mano, porque es comercio justo, eso es comercio justo, eso es comercio local y genera beneficios y genera vínculos que esperamos mantener una vez que esta pandemia termine.»
Actualmente La Salvación ha abandonado el local que ocupaba en la colonia Escandón en busca de un local con una renta menor. Sus servicios los ofrecen ahora sólo en línea por sus redes Instagram y Facebook, y por Whatsapp.