Niños, pijamas, silencios, dudas, conversaciones sobre el día a día, gente contando que ya ha pasado el Covid-19; el dramaturgo y cineasta madrileño da a conocer un largometraje filmado en los días de encierro
Ciudad de México (N22/Redacción).- Durante la cuarentena, a algunos les dio por comprar papel higiénico y a otros por hacer pan. Juan Cavestany (Madrid, 53 años) ha hecho una película, Madrid, interior, «creada entre el 24 de marzo y el 24 de abril, en el tiempo más duro de la pandemia», explicó en entrevista para el medio El País.
En este periodo, numerosos cineastas han realizado cortometrajes, pero Madrid, interior, es el primer largometraje español planteado, rodado y acabado en la cuarentena. De cine guerrillero, del que se ha convertido en un referente en España, Cavestany que es director, guionista y dramaturgo, sabe bastante con títulos como Dispongo de barcos (2010), El señor (2012), Gente en sitios (2013) o Esa sensación (2016). Sin embargo, nunca había hecho cine tan rápido, ni con tantos colaboradores. Madrid, interior, que empieza con una cita de Dylan Thomas –«No entres dócilmente en esta noche quieta»–, se ha realizado con la colaboración de un centenar de personas que rodaron pequeñas piezas que unidas suponen 80 minutos de un retrato del estado de ánimo durante las peores semanas de la pandemia.
La semilla del filme está en un intercambio de videocartas entre Cavestany y el actor Luis Bermejo, que en redes se ha construido un personaje de payaso. «Nos empezamos a grabar en vídeo, y a pasarnos imágenes de momentos banales, como durmiendo en el sofá o cepillándonos los dientes, en esos primeros días de confinamiento», recuerda el director. Cavestany decidió ampliar el campo y recurrir a más gente. Pidió que se grabaran «en momentos de intimidad, pero no se trataba de generar secuencias, ni hacer comedia, ni contar con una escritura previa, sencillamente que mostraran en casa su espera en silencio». Como en una onda expansiva, lo que solo era «filmar a personas varadas fue creciendo. Y arranqué con un título provisional, Gente en sitio. Después lo cambié porque suena a broma, y nada más lejos de mi intención».
En el proceso la nómina de colaboradores aumentó. Hay amigos, conocidos, amigos de amigos, padres de alguien que conoce a alguien. Y sí, entre esos amigos hay famosos.
Madrid, interior muestra al mejor Cavestany, al creador de estados de ánimo. Por mucho que el montaje sea hoy una de las herramientas más analizadas del cine, aún asombra cómo un cineasta puede construir la radiografía de una emoción a través de vídeos de aparentes actos banales.
En la película hay muchos niños, pijamas, silencios, dudas, conversaciones sobre el día a día, gente contando que ya ha pasado el Covid-19. «Es un documental no sobre el coronavirus, sino sobre la vivencia íntima del confinamiento que evidentemente se transforma en una película con momentos dramáticos, cómicos, sobre todo tocados por la introspección, la espera, el miedo a veces. Hay más música y silencio que diálogo, y eso ha acrecentado la poética». Y a pesar del título, no solo se ha rodado en la capital española. «El nombre define un ánimo, pero hay vídeos que vienen de Londres, Nueva York y otras ciudades españolas como Sevilla, Barcelona o Valencia».
El largometraje Juan Cavestany, ya está disponible en la página del diario El País, o bien puedes verlo entrando aquí.