¿Un planeta con menos ruido?

No, solamente se han reducido las vibraciones que produce la actividad cotidiana de los seres humanos conocido como ruido antropogénico

Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- Los seres humanos generamos vibraciones en el suelo con nuestros pasos, con el tráfico vehicular, con maquinarias o fábricas. A estas vibraciones los sismólogos las denominan ruido sísmico antropogénico. Debido a la contingencia sanitaria que enfrenta gran parte del mundo, el ruido que produce la actividad humana se ha reducido. Así lo explica la investigadora Xyoli Pérez, jefa del Departamento Sismológico Nacional.

«Cuando nosotros hablamos de este ruido no es que se escuche, sino que se registra en sismogramas. […] Y seguramente lo que pasó en la estación es que cercano a ella hubo una contribución de algún ruido generado por humanos, pudo haber pasado un carro cercano a la estación, pudo haber pasado una persona caminando cercano a la estación y haber producido esas vibraciones, entonces ¿cómo lo medimos?, es a partir de ese nivel general que se presenta cotidianamente, lo comparamos en cómo están esos niveles hoy en día.»

Lo que ocurre con el suelo y la actividad humana puede ser explicado a través de la propagación de ondas elásticas, si tu golpeas el suelo le inyectas energía y esa energía se dispersa por medio de vibraciones en el terreno.

«¿Por qué elásticas?, porque una vez que golpea y que hace que ese medio se deforme, en medio va a intentar regresar a su forma original como una liga o una esponja que nosotros empujamos y cuando le quitamos la fuerza, la esponja regresa a su forma original. […] Es muy difícil imaginarnos que la roca, eso que vemos como duro y firme, y rígido, en realidad es un material elástico que permite deformaciones, pero esas deformaciones son tan pequeñitas, que nosotros no las podemos ver, pero los equipos sí las pueden registrar. […] Nuestros equipos sismológicos son tan, tan sensibles que miden desplazamientos de nanómetros, es decir, uno por diez a la menos nueve metros, son desplazamientos muy, muy pequeñitos. […] Me gustaría retomar el ejemplo del mundial de 2018, en el que corrió el rumor de que se habían generado sismos por la celebración de México cuando le ganó a Alemania, y en realidad lo que nosotros produjimos no fueron sismos, sino estas vibraciones que fueron registradas por estaciones cercanas adonde nosotros estábamos celebrando.»

En las ciudades pueden ocurrir sismos pequeños que en ocasiones son opacados por las otras señales registradas con los sismómetros y relacionadas con la actividad humana cotidiana. La importancia de reducir el ruido sísmico antropogénico es precisamente la de detectar con más claridad los sismos que están ocurriendo con menor intensidad y así poder caracterizarlos con mayor precisión.