Un diario de viaje que recorre Alemania e Italia entre 1842 y 1843 nos permite acercarnos a otra de las voces de Mary W. Shelley
Ciudad de México (N22/Ana León).- Esta nota es sólo un breve acercamiento, una invitación, a un diario de viaje que nos lleva a otra época y a dos diferentes geografías. En estos días que permanecen confinados –algunos–, la mirada de la escritora inglesa Mary W. Shelley (Londres, 1797-1851) nos guía por la Alemania y la Italia del siglo XIX, en específico, entre los años 1842 y 1843. Sus costumbres inglesas las compara, hace a un lado u olvida mientras recorre aquellos territorios y delinea con pequeños gestos las maneras de la época.
En su prólogo, Tanya Huntington destaca que para la autora de Frankenstein o el moderno Prometeo, el viaje «es la mejor manera de conjurar tanto el pasado como el presente», y en estos días en donde el tiempo tiene una consistencia extraña, que se diluye en el mismo tiempo, qué mejor que transitar las páginas de esta cuidada edición publicada por la joven Minerva Editorial que apostó por la selección –a cargo de Alejandro González Ormerod, que también las traduce– de estas crónicas de viaje que en su versión original se publicaron en dos volúmenes.
Aquí, la narración de Shelley se aleja de Shelley y nos lleva por las impresiones y reflexiones de una viajera que cuenta que ha viajado con lujos y de manera modesta, pero que es esta segunda la que demanda una auténtica pasión por el viaje, por descubrir y «ver más y aún más de la faz de este bello globo.»
Para leer Andanzas por Alemania e Italia (1842-1843), no es necesario conocer las otras obras de Shelley. Aquí la narración es ingenua –en el mejor sentido de la palabra–, pero no por eso menos detallista.
Tanto la imagen de portada como en el cuerpo de texto pertenecen al libro Andanzas por Alemania e Italia (1842-1843), cuyo diseño estuvo a cargo de Alberto García Grillasca