La promesa de una historia desconocida sobre su padre, llevó al cineasta y fotógrafo Marc Petitjean a sumergirse en la vida de Frida Kahlo, ¿de qué manera estuvo la vida de la artista conectada con la familia del cineasta?
Ciudad de México (N22/Ana León).- La promesa de un encuentro y de revelar una historia familiar no conocida, llevó al fotógrafo y cineasta Marc Petitjean a embarcarse en una investigación que devino el libro El corazón. Frida Kahlo en París. Una narración que surfea entre los datos de archivo y la ficción y que abona a la mucha historia ya contada de la pintora mexicana, ahora desde la mirada personal de Petitjean que nos narra el vínculo que Frida tuvo con su padre, Michel Petitjean, y la razón del porqué el cuadro El corazón perteneció mucho tiempo a esta familia.
¿Este libro qué nos dice sobre Frida que no haya sido contado ya?
Nadie ha investigado sobre la estancia de Frida en París, mi libro es el primero en atender este tema, creo. En él presento una imagen de Frida como una person solitaria en una ciudad que no es la suya y, a partir de esa situación -la extranjería-, creo conexiones artísticas, históricas, biográficas.
Muestro lentamente los eventos para así poder mirar a la persona “normal” que también fue.
Más allá de la historia personal, ¿para ti por qué era importante contar este momento en la vida de Frida en París?
Cuando supe que Frida tuvo esta relación con mi padre, empecé a preguntarme quién fue esta mujer realmente. Todo sucede en París, así que tenía que saber quién fue ella en este lugar en específico. De cierta manera, fue más fácil porque conozco bien París. Nunca hubiera hecho nada sobre Frida Kahlo si no hubiera estado en París.
Como documentalista soy muy curioso respecto a historias, lugares, así que fue excitante tratar de recrear el ambiente del París de la época. Como lo entiendo, de su estancia en París, Frida tuvo buenos momentos. Ella se alejó de Diego y de sus problemas, y fue reconocida por su trabajo artístico y recibió una paga por éste. Tuvo lindas historias de amor allí. Cuando regresó a México su vida se convirtió en una pesadilla.
¿Cómo fue encontrarse con esa faceta de tu padre? Una persona puede ser muchas personas en la vida.
¿Te refieres a que mi padre fue otra persona cuando era joven? Para mí es un completo misterio. Cuando escribí el libro descubrí a un desconocido que resultó ser mi padre mucho tiempo después.
Cuando escribes sobre él parece ser un hombre muy serio, pero en sus recados a Frida se lee simpático, hasta le hace dibujitos, ¿tenías esta impresión de él?
La percepción que yo tengo de mi padre es la de una persona reservada, pero cuando conoció a Frida, en sus treintas, era agradable, simpático, un tipo feliz, muy animado. Pasó dos años y medio haciendo trabajos forzados en la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial y, por lo que escuché, se convirtió en otra persona después de eso. Yo nacía tiempo después.
Hay varias partes que completas con ficción, como impresiones, ideas, momentos precisos en los que ni tú, ni otros, estuvieron, ¿por qué elegir este recurso?
En un inicio, cuando empecé a escribir el libro, eché mano de la ficción para aquellos momentos de lo que no tenía información, después, extendí esta práctica para los procesos, los eventos y los lugares para los cuales quería generar una impacto visual. Finalmente, el libro empezó a ser una mezcla entre investigaciones objetivas y la creación de ambientes a través de cosas imaginadas.
El libro tiene muchas capas — mi juventud, la relación con mi padre, la historia de Frida, sus pinturas, mi padre en su juventud. La ficción es una de esas capas, una que trae vida, duda, suspenso.
¿Dar con esta historia no fue como perseguir un fantasma?
Fui muy feliz al descubrir esta historia, porque el amor es siempre algo bueno y si esta historia es la de mi padre y Frida Kahlo, es aún más romántico y excitante. Fue un fantasma muy lejano, pero amigable.
Se considera que Frida fue muy importante para tu padre, no así él para ella (esa impresión me dio la lectura del libro), ¿por qué subastar la pintura que ella le obsequió? ¿Por qué no conservarla?
No creo que mi padre no haya sido importante para ella. Fue una bella historia que tuvo que terminar por muchas razones. Ella le dio esa pintura como una suerte de talismán y él, en respuesta, le dio el joyero, como símbolo de esa historia.
Mi padre decidió vender la pintura un año antes de morir. Quiso compartir con sus ocho hijas e hijos los beneficios de ésta cuando aún estuviera vivo.
¿Cambió la impresión o la idea que tenías de Frida como artista?
El mito de Frida es abrumador y me mantuvo alejado de ella hasta que empecé a trabajar en el libro. Mientras investigaba, descubrí sus pinturas y las conexiones con su biografía con todos los detalles.
Ahora, definitivamente creo que es una gran artista y que fue una persona profunda.