El bien pretendía ser introducido al país por la vía postal; se busca mantener el compromiso de evitar el tráfico ilícito de bienes culturales
Ciudad de México (N22/Óscar Cortés).- Esta mañana en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el gobierno de México restituyó una pieza arqueológica a la República Federal de Nigeria, que fue asegurada por autoridades aduaneras en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Se trata de una escultura Ife de bronce y terracota, de unos treinta centímetro de altura y de probable origen yoruba.
Aminu Iyawa, embajador de Nigeria en México:
«El gobierno de Nigeria está dispuesto a utilizar todos los medios legales y diplomáticos para exigir la devolución de las piezas y objetos culturales robados de Nigeria. Es significativo señalar que las cabezas de Ife que se recibirán hoy tienen su origen en el pueblo yoruba, del suroeste de Nigeria. Más allá de su valor para Nigeria, son objetos de importancia cultural tradicional y religioso para el pueblo yoruba, así como una parte fundamental de la historia y recursos patrimoniales del pueblo.»
La pieza yoruba, reconocida como un bien cultural invaluable, arribó a nuestro país vía correo postal a finales del año pasado.
Montserrat Martínez Pavón, jefa del Departamento de Auditoría de Comercio Exterior:
«El bien pretendía ser introducido al país por la vía postal, sin embargo, la autoridad aduanera en coordinación con el INAH, así como la SRE, nos permitimos realizar la investigación y fueron ellos quienes ayudaron en todo el procedimiento de investigación de la pieza. Lo cual nos trae ahora a la entrega del bien para devolución y repatriación a su país.»
Julián Ventura, subsecretario de Relaciones Exteriores:
«Para México la recuperación de bienes culturales sustraídos ilícitamente es una prioridad. Nos oponemos a la comercialización ilegal de piezas arqueológicas, una de las causas principales del empobrecimiento cultural de los países de origen.»
Diego Prieto Hernández, director del INAH:
«Los pueblos indígenas mexicanos se rigen por un principio de reciprocidad que, entre otras cosas, supone que debemos tratar a los demás como queremos que se nos trate. Queremos hacer de éste un gesto, justamente, de compromiso con esta tarea de evitar el tráfico ilícito de bienes culturales de cualquier parte del mundo.»