Kidlat Tahimik y el cine filipino

En el marco del GIFF, el cineasta habla sobre la belleza de su cultura y su influencia en el cine 

San Miguel de Allende (N22/Víctor Gaspar).- Considerado una figura fundamental del cine independiente filipino, Kidlat Tahimik estuvo presente en la proyección de su película Perfumed Nightmare en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato. Sus 77 años resumen su manera de andar por el mundo hasta reencontrarse con su mundo y con una manera muy personal de hacer cine. 

Kidlat Tahimik, cineasta filipino 

«Mi manera de contar historias no se basa en la misma fórmula de Hollywood: no mucho sexo, no mucha violencia. Mis películas son sobre la belleza de nuestra propia cultura y cómo podemos contribuir a resolver los grandes problemas globales de hoy. Nuestro propio pueblo, nuestro propio pueblo indígena, tiene una fuerte armonía con la naturaleza y si escuchamos a nuestros mayores de las tribus, no tendríamos calentamiento global hoy.»

Tahimik estudió administración en los EEUU, trabajó para la OCDE en París y se unió a una comuna Hippie en Alemania. Fue por esa época que conoció Werner Herzog, quien le dio un pequeño papel en la película El enigma de Gaspar Hauser, de 1974. Posteriormente inició una carrera en el cine, la cual ya lleva más de 45 años. Tahimik cuestiona el colonialismo y reivindica el saber ancestral filipino. 

Kidlat Tahimik:  

«Yo pertenezco a una conciencia que incluye al otro y también existe aquí en México. Lo llamamos cultura Kapua, y la cultura Kapua significa que yo incluyo al otro conmigo. Me proyecto en el otro y trato a ese semejante como a mí mismo. Entonces nuestra cultura es una cultura de inclusión y cuando hablamos de socialismo estamos incluyendo. En contraste con la cultura industrial que nos hace enfrentarnos unos contra otros, nos hace competir como con los gallos… Como se dice… como una pelea de gallos. Hacen que nos enfrentemos unos con otros porque es bueno para la economía.»

Las historias contadas con humor son parte del cine de Tahimik, quien también habla de la máxima mcluhaniana: el medio es el mensaje. 

Kidlat Tahimik: 

«Sí, el medio es el mensaje. Esta es mi cámara de bambú y es un símbolo de que nosotros, los directores de cine filipinos, queremos hacer películas sobre leyendas filipinas, sobre sus historias. Lo mismo sucede con los cineastas independientes mexicanos que viven de hacer sus películas con sus propias historias locales. Hemos aprendido una cultura de la copia, dada la colonización. Copiamos de Hollywood y queremos ser grandiosos y multimillonarios. Pero, saben, si contamos historias locales esa historia va a ser el mensaje. Nuestro medio es la cámara de bambú en donde el medio es el mensaje.»

Imagen: © JL Javier