La Appgricola permite medir en tiempo real las variaciones que inciden en los cultivos evaluando constantemente el estatus de la planta, buscando así aumentar la productividad por hectárea y obtener frutos de mejor calidad
Guadalajara (N22/Alizbeth Mercado). – Ramón Díaz tiene una aplicación en la mano (cuando visitamos Talent Land 2019 que por primera vez dio espacio a la agricultura y la tecnología) y es bastante llamativa porque se utiliza para medir el estado del suelo de los terrenos destinados a la agricultura. Ramón es socio fundador de Appgrícola, una aplicación que «consiste en estaciones de medición que contienen sensores para medir variables de atmósfera, como son la velocidad y la dirección de viento del pluviómetro, y adicionalmente hay variables que van a suelo, hay sensores que van midiendo cosas como humedad, temperatura, o el PH».
Toda esta información se transmite a la nube donde un servidor la recibe, la procesa, y a través de algoritmos indica dos cosas muy puntuales: el momento óptimo para fertilizar de acuerdo con las condiciones del suelo y, a partir de modelos predictivos, se anticipa al surgimiento de plagas o enfermedades.
«Esa información la recibe el productor a través de una aplicación móvil, les muestra cada una de las variables que está recibiendo, por ejemplo, en el caso de la humedad, yo puedo ver la humedad cómo está con respecto al rango óptimo y puedo ver el historial de medición de los últimos días», explicó.
Lo que desarrolló su compañía fueron modelos predictivos que les permiten detectar plagas en los estadíos más tempranos «de tal suerte que se pueda controlar cuando resulta muy económico. Esta información se la envíamos a través de alertas al productor para que él pueda tenerla oportunamente.»
Con esa aplicación ganaron el premio de innovación que otorga la Secretaría de Innovación Ciencia y Tecnología de Jalisco. Además, es parte de Global GAP, organismo que tiene «la norma de las buenas prácticas agrícolas».
¿Qué problema detectaron?
Todo surgió porque el equipo de agricultura nos sensibilizó a que actualmente lo que sucede en el campo es que cuando el productor requiere un estudio de suelo tiene que mandar traer de la ciudad un laboratorio, que llega, recoge muestras de tierra, se las lleva y una o dos semanas después regresa a mostrar los resultados, esos resultados nos indican qué tipo de tratamiento le tenemos que dar para que sea exitoso.
La pregunta que surgió fue ¿no habrá tecnología que permita medir eso en tiempo real? y es lo que nos llevó a desarrollar la plataforma y llevarla a la app móvil.
¿Cuántas han instalado y a quiénes?
Empezamos el año pasado con un pilotaje con veinte productores de aguacate en Michoacán y los resultados de un incremento en la productividad por unidad de producción, es decir el fruto, hasta en un 18%, y una reducción de costos hasta en 12%.
Después de la prueba los clientes renovaron por un año más y ahora tenemos a diez productores de aguacate de Jalisco y un pilotaje en bayas.
¿Qué tan complicado es que este tipo de tecnología llegue a los productores, pensando en aquellos con menor capacidad?
Nosotros iniciamos en cultivos donde sabíamos que podía haber la inversión para poder hacer el pilotaje y mostrar los resultados, pero ahora, dentro de nuestro modelo de negocios lo que pretendemos hacer es tener una versión gratuita de la aplicación que va a poder estar disponible para cualquier productor. Le va a permitir tener cierto tipo de alertas y medición de resultados sin que tengan que invertir y para ser sustentables en el largo plazo. Vamos a dejar los modelos predictivos de plagas y enfermedades en una versión que podría tener costo. De esa manera buscamos penetrar los dos mercados.
¿Cómo paliar las brechas tecnológicas de los agricultores?
Usualmente nos topamos con una cierta dificultad con poder transmitir el concepto con los productores de la primera generación, típicamente, los abuelos. Lo que ellos dicen es «¿si esto me ha dado resultado toda la vida por qué tendría que cambiarlo?», pero lo que se está dando ahorita es que la tercera generación, que son los hijos de los hijos, usualmente ya están viniendo a estudiar a las universidades y al tener carreras están más abiertos a este tipo de plataformas tecnológicas.
¿La agricultura y la tecnología están desvinculadas?
Hay dos brechas importantes. Una es que la tecnología solía ser muy cara, pero lo que ha sucedido en los últimos años, a partir de las tecnologías disruptivas como el internet, el big data, la Inteligencia Artificial, es que los costos se han abaratado. En realidad, la estación de medición noes que sea nueva, estaciones ha habido desde hace muchos años, más bien es la capacidad de transmitir información a la nube de una manera que sea económica.
El segundo reto es la conectividad. Porque a campo abierto, evidentemente, no hay tanta infraestructura como en las ciudades, pero eso se ha venido ya rescatando a partir de nuevas tecnologías a partir de antenas que se colocan y tiene radios de cobertura de hasta 100 o 150 km.
¿Cuánto cuesta hacer la estación?
Un equipo como este que es la estación de medición completa requiere de una inversión de entre 70 y 80 mil pesos, que es lo que nosotros llamamos la tecnificación, poner las estaciones preparadas y dejarlas listas para transmitir internet y a partir de que inicia el ciclo, nosotros lo que hacemos es cobrar una renta mensual en función al número de hectáreas.
Lo que es importante señalar es que no podrán garantizar que son los únicos, pero ofrecen garantía de aumento en la productividad por unidad de producción que empieza por lo menos en el 8% al año, sino le regresan al cliente el total de la inversión.
La idea es ir difundiendo estos conceptos para generar una mejor agricultura, «nosotros la llamamos agricultura cognitiva, es decir, parar de una agricultura que hoy es reactiva y de emergencia hacia una preventiva o regenerativa.»