Día Internacional del Jaguar

Diferentes expertos hablan sobre las amenazas y las oportunidades que se tienen para preservar la especie considerada en peligro de extinción

 

Ciudad de México (N22/Fernando Salinas).- El jaguar o Panthera onca es un felino carnívoro que se encuentra en distintos puntos de nuestro país y Latinoamérica. Una especie en peligro de extinción que históricamente se relaciona con lo sagrado en varias culturas mesoamericanas. El día de hoy, 29 de noviembre, se celebra el Día Internacional del Jaguar establecido como parte del Convenio de Diversidad Biológica (COP14) para la preservación de este animal. Conoce un poco más del felino más grande de América

“El jaguar solo se distribuye en América, es el único representante del género panthera en el continente y es el felino más grande de esta región. A nivel mundial es el tercero en tamaño. Lo tenemos presente desde el sur de Estados Unidos hasta el Norte de Argentina: se considera una especie sombría que prefiere grandes extensiones de hábitat y al ser un carnívoro se ubica en lo más alto de la cadena alimenticia”, comentó Sandra Petrone, integrante de la ONG, WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza).

El dominio de grandes territorios es algo natural en el jaguar, lugares que reconoce y reclama como suyos  de acuerdo con Diana Friedeberg, directora de Phantera “Los jaguares tienen la necesidad de ámbitos hogareños muy amplios. Por ejemplo, en Belice los machos pueden tener ámbitos hogareños  como de 30 km cuadrados y en el pantanal en Brasil pueden llegar a tener ámbitos de más de 160 km cuadrados, realmente son enormes, ya con esto nos podemos dar una idea las extensiones de tierra que necesitan estos felinos.”

Su transitar por entre barreras ha hecho de esta especie un eslabón entre distintos ecosistemas; sin embargo, la pérdida de ambientes a causa del hombre ha dañado este sistema natural bien estructurado, así lo indicó Petrone, “justo esta característica de que se distribuye en casi todo el continente lo hace ideal como un conector. Es un conector de paisajes, es un conector de países y personas. Lamentablemente, el jaguar ha perdido cerca del 50% de su área de distribución en los últimos años. Mucho de esto está vinculado con el conflicto con el humano por la caza como represalia por comerse al ganado de los ranchos. Y una de las amenazas que está incrementando en los últimos años es el tráfico ilegal, aparentemente está creciendo la demanda por muchas de sus partes, especialmente por las garras, por los colmillos, como sustituto de las partes de tigre. Ya se considera extinto en Uruguay y El Salvador y a nivel mundial se considera una especie casi amenazada, sin embargo, muchas de sus poblaciones están en descenso y probablemente muchas de esas poblaciones tienen altas probabilidades de desaparecer en muy corto plazo.”

En nuestro país, el jaguar se puede encontrar en distintas regiones, afortunadamente esta especie se adapta a distintos ambientes. “En México, principalmente, se distribuía en la parte posterior de las planicies del Pacífico y en la vertiente del Atlántico, hacia la Sierra Madre Oriental, además de que lo podemos encontrar en los estados del sur. Las principales poblaciones del país están en la Península de Yucatán, sin embargo, Chiapas, Oaxaca, Sinaloa y Jalisco son áreas importantes para su distribución. Se puede encontrar en gran variedad de ecosistemas como selvas húmedas, selvas secas, bosques templados, bosques de niebla, matorrales, manglares y zonas inundables” agregó Sandra Petrone

Debido a la necesidad de expansión del ser humano, la caza deportiva y la protección de especies domésticas y ganado, estos animales han sido asesinados. Como consecuencia de estos actos el jaguar es considerado una especie en extinción. “En México es considerada una especie en peligro de extinción que es la categoría de riesgo más alta en el país, sobre todo por la caza desde 1987. Es una especie que está perdiendo sus hábitats, muchas de sus poblaciones están disminuyendo, aunque en algunos lugares hay evidencia de que puede estar en recuperación”, finalizó Petrone.

El jaguar se ha convertido en un ícono de nuestra cultura. Se puede encontrar en esculturas, grabados o incluso como el emblemático guerrero jaguar de la cultura mexica. Un cazador nocturno que está estrechamente vinculado con la noche y lo sagrado.

“Prácticamente en todas nuestras culturas latinoamericanas tenemos imágenes del jaguar desde épocas muy tempranas. Por ejemplo, representaciones olmecas o en Teotihuacán, representaciones zapotecas o incluso ya mucho más tardíos, los códices prehispánicos, siempre una de las imágenes recurrentes es el jaguar. A lo largo del tiempo y espacio tenemos imágenes de jaguar, tanto en su versión manchadas como las representaciones de jaguares negros que van también, desde los olmecas hasta llegar a todas las culturas del sureste. El hombre mesoamericano en el entorno natural, concibe una serie de elementos que reconoce como sagrados más allá de la teología, sino esto que atemoriza pero que atrae, que se intuye y se percibe pero que no se puede tocar, este universo sagrado. La noche por ejemplo, a pesar de ser algo cotidiano representa para el hombre mesoamericano esta imagen de lo sagrado, es un símbolo de lo sagrado, porque el hombre no es un animal nocturno. Durante la noche pasan cosas que el hombre no puede controlar y por lo tanto, la noche es un símbolo de lo sagrado, así en términos generales. Al ser algo intangible se elige un objeto o ser que representa a la noche, que mejor que un animal con hábitos crepusculares y nocturnos, un animal cuya piel nos recuerda el manto estrellado de la noche, un animal poderoso como la noche, un animal que ve en la noche, que se mueve en espacios distintos al ser humano. Pero los grupos mesoamericanos, mayas  en particular, no se quedan en eso, sino que muchas veces solo representan las fauces, los colmillos, las cabezas, las manchas, es decir, abstracciones simbólicas, la parte por el todo”. Comentó la doctora María del Carmen Valverde del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM

Además de tomar en cuenta sus hábitos de caza, al jaguar se le atribuye otros dos simbolismos. “La segunda acepción simbólica de los jaguares, que no se contrapone con la primera, es su vínculo con la vegetación y la fertilidad, Y es que, el jaguar necesariamente se tiene que vincular a la reproducción  y a la fertilidad desmedida. Se han calculado alrededor de 100 o 120 intentos de monta del jaguar en un proceso reproductivo con 30 cópulas consumadas al día. El tercer significado que se ha perdido simplemente porque ya no tenemos a los antiguos gobernantes del periodo prehispánico, es el del jaguar vinculado al poder. Este significado se debe a su posición en la cadena alimenticia, es un animal que puede transitar por las copas de los árboles, que se mete al agua, que se mete al sotobosque, es decir, ocupa todos los espacios. Y por lo tanto, el gobernante quisiera ocupar estos mismos espacios, para ser el mismo el predador tope, el que controla. De manera que, los colmillos y las garras del jaguar están asociados a los ejércitos mesoamericanos que por supuesto se visten como jaguar, usan pieles de jaguar”. concluyó Valverde.

De acuerdo con Diana Friedeberg los jaguares suelen ser solitarios y muy territoriales. “Estos animales recorren grandes distancias para encontrar su territorio, pasan la mayor parte de su vida solos. Los machos pueden compartir territorio con varias hembras pero es muy raro que compartan un hábitat con otro macho.”

Además de los problemas mencionados anteriormente, hay otras afecciones indirectas de parte del humano, sin embargo, de acuerdo a estudios sobre la especie de jaguar que habita nuestro continente, el panorama sobre la preservación de la especie se muestra favorable.

“Además de los problemas a los que se enfrentan como la cacería furtiva, también los estamos matando de manera indirecta porque cazamos indiscriminadamente sus presas y ellos se quedan sin comida. Pero uno de los problemas más grandes es la fermentación de su hábitat,  estamos haciendo los bosques que componen estos espacios cada vez más pequeños. Las buenas noticias son que, a finales del siglo pasado, se descubrió que existe solo una especie de jaguar. Antes se creía que había varias subespecies y que se estaban aislando tanto una de otra que iba a llegar un momento en el que no se pudieran reproducir entre ellas. Sin embargo, se descubrió por medio de análisis genéticos que sí se pueden reproducir, que es una sola especie. Entonces, quiere decir que si logramos mantener conectadas sus poblaciones en toda su área de distribución, el jaguar puede sobrevivir a largo plazo.”  

Afortunadamente, organizaciones como Panthera han buscado opciones para mantener un balance entre el estilo de vida las personas que habitan la regiones en donde se encuentran los jaguares a través de pasos de fauna y corredores biológicos. “Un corredor biológico es un área que está siendo adaptada para que los jaguares y otra fauna pueda llegar a otra área que esté más protegida. Estos corredores pueden pasar por ranchos ganaderos, por agricultura, por carreteras, por muchos tipos de situaciones”.

Finalmente, Diana Friedeberg comentó, “debemos trabajar con las personas, los corredores están construidos casi parcela por parcela. Se tienen que analizar varios puntos, cuales son las situaciones que se atraviesan, quiénes son los dueños de la tierra, qué problemas tienen, cómo los podemos ayudar, en resumen, llegar a acuerdos para poderlos ayudar y poder garantizar el paso de estos felinos”.

Todos estos especialistas se reunieron en foro científico: El jaguar, símbolo cultural y bastión de la conservación, realizado el pasado 21 de noviembre.