“Los robots no lloran”, una plática con Pedro Reyes sobre la retórica del capitalismo

El teatro de marionetas de Reyes en el Museo Jumex nos cuestiona: ¿por qué celebramos la llegada de tecnologías que acumularán el capital en menos manos?

 

Ciudad de México (N22/Fernando Salinas).- El mundo ha cambiado, sin embargo, el dominio global a partir de grandes sumas de dinero y el desarrollo de tecnologías que beneficien a unos cuantos sigue a pesar de los años. Este es el eje que motiva la puesta en escena del artista Pedro Reyes. En su obra Los robots no lloran, Reyes critica la visión optimista de personajes como Elon Musk que apuestan por la mecanización sin importar las nuevas problemáticas sociales como el desplazamiento laboral de humanos por máquinas.

 “La obra va más bien del tema de la automatización y de la inteligencia artificial. Me interesa el hecho de que, por cada robot, seis personas pierden su empleo. Estamos acostumbrados a celebrar la llegada a nuevas tecnologías, pero no reflexionamos en que esas tecnologías están diseñadas para la acumulación de capital en menos manos”, comenta Reyes.  

El descaro de los grandes acumuladores de capital y dirigentes imperialistas son bien representados por Donald Trump. “Antes, el capitalista justificaba sus accesos alegando que estaban generando empleos, hoy en día ni siquiera es el caso. La automatización ha cambiado la retórica del capitalismo sin requerir de ningún escrúpulo.” 

Noam Chomsky, quien trabajó de cerca con Reyes para la creación de esta obra, cobrará vida en forma de marioneta gracias al Iway, una máquina de ficción que logrará materializar a distintos autores, algunos de ellos no tan conocidos en México. Durante el desarrollo de esta historia, se cuestionará la plena aceptación de íconos de la tecnología por la sociedad.

 “Me interesa poner a Elon Musk y a Steve Jobs como antagonistas. Porque se han hecho muchas biografías de ellos que los pintan como héroes, y si bien, eran visionarios en el área de la tecnología, eran muy primitivos en su visión social. Ya que son personas que solo piensan en soluciones para el 1% de la población, como es el caso de Elon Musk, cuya solución a los problemas del mundo es hacer un cohete para que los millonarios se vayan a Marte. Hay personajes que tal vez no se conocen en México como Ayn Rand, pero los que la conocen la leen sin tener idea de lo tóxico que resulta su pensamiento. Un pensamiento que es una apología del egoísmo, de la individualidad, del ganar por ganar, aunque tengas que aplastar a todo el mundo. Por eso, los simpatizantes de Trump leen a Ayn Rand, porque encuentran una confirmación en su idea de un mundo en donde solamente sobrevive el más fuerte.”

Como ocurrió con su primera presentación en México con La revolución permanente,  protagonizada por León Trotski, Pedro Reyes se vale del teatro de marionetas para contar su historia a partir de la sátira y de la comedia, utilizando una técnica poco convencional. La obra está dirigida a adultos, pero los niños también son bienvenidos.

“Las marionetas fueron hechas a mano en Japón por maestros titiriteros. Inspirados en la tradición bunraku que se caracteriza, entre otras cosas, por usar figuras con un gran rango de gestos faciales.” 

Los robots no lloran se presentará hasta el 2 de diciembre en la galería 1 del Museo Jumex, de martes a viernes a las 18 horas; sábados y domingos 12 pm y 17:30 pm con un costo de 50 pesos.