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Paula Astorga habla sobre la nueva edición de este festival y reflexiona sobre la crisis de distribución de filmes mexicanos, las audiencias y los objetivos de las producciones nacionales
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Ciudad de México (N22/Ana León).- Este 12 de marzo dio inicio la quinta edición de Distrital Formación, el programa paralelo del festival de cine hecho en línea, que sucederá en la Ciudad de México y Monterrey, principalmente, y con actividades en Tlaxcala y Querétaro. Lucrecia Martel (Argentina), Nicolás Pereda (México) y Mariano Llinás (Argentina), serán los tutores de esta edición dentro del programa Tres Puertos, mientras que el argentino Manuel Abramovich será tutor de documental. Charlamos con su directora, Paula Astorga, sobre las diferentes aristas que comprende la edición de este año, la creación de nuevos públicos y lo correcto e incorrecto en el cine.
Desde el inicio hasta el día de hoy ¿cómo ha evolucionado Distrital y cuáles han sido los cambios más radicales?
Distrital se creó en 2010, las primeras cinco ediciones fueron unas muy cargadas al cine independiente en un formato tradicional. En 2016 reinventamos completamente Distrital, se volvió el primer festival de cine en Latinoamérica hecho en línea y nos enfocamos en que lo presencial fueran las funciones de cine y la maduración de los proyectos de formación.
El festival no va a tener edición este año ni la tuvo el pasado, vamos a esperar a que pasen las elecciones, pero sí estamos muy comprometidos con la parte formativa. Habrá funciones especiales que están diseñadas como retrospectivas, este año vamos con foco en dos de nuestros tutores: Nicolás Pereda y Manuel Abramovich. Vamos a revisar el trabajo de Lucrecia Martel, que es también una de nuestras tutoras y vamos a proyectar el trabajo documental de Mariano Llinás. En Monterrey vamos a llevar a cabo la quinta edición del seminario “El público del futuro” (del 21 al 23 de marzo), que también evolucionó. Cuando empezamos Distrital era también un encuentro para formar exhibidores, en ese momento no había ninguna iniciativa en México que formara promotores, distribuidores, exhibidores independientes o alternativos o cineclubes. El evento se creó como el Foro Internacional de Cineclubes y Desarrollo Comunitario y a partir de hace cinco ediciones conseguimos un apoyo de Europa Cinema y se volvió el seminario.
Distrital lo que se propone es seguir garantizado y promoviendo que ese cine independiente tenga tutores de gran nivel y tenga un proceso de maduración mucho más consistente. Por otro lado, creemos que es muy importante seguir discutiendo el contexto de lo que está pasando en México, lo monopolios de las salas de exhibición se han fortalecido pero al mismo tiempo han seguido apareciendo espacios alternativos de exhibición.
Me gustaría ahondar un poco más en el tema de la distribución porque más allá de que si bien se ha dado un robustecimiento de la oferta de exhibición de cine independientes en espacios independientes, también hay un tema con las distribuidoras comerciales en el que no se logra que las películas mexicanas, más allá de las comedias ligeras, permanezcan un buen tiempo en cartelera.
Es muy delicado, es un universo que pertenece a los empresarios y en esos términos nunca habrá manera de ganar la conversación porque son gente que invierte de manera muy importante en infraestructuras en centros comerciales, en sostener una industria ligada al entretenimiento. Para mí esto tiene que ver con la identidad y en este sentido es donde empieza a haber un equilibrio. Ha sido tan importante el fortalecimiento de los circuitos alternativos y el surgimiento de tantos festivales, que la gente sí está viendo las películas fuera del circuito estrictamente comercial y es ahí donde están nuestras grandes áreas de oportunidad y donde hay que construir un equilibrio. La experiencia de las grandes salas comerciales son para ver películas de superhéroes y al final la gente que quiere encontrarse con lo que tiene que ver va a la Cineteca o al Cine Tonalá o a Cinemanía o a un cineclub.
Existe una gran confusión en el cine mexicano sobre qué es entretenimiento y qué es el cine que nos pertenece. Las salas comerciales no tienen ningún compromiso con el cine que genera identidad, que genera cultura. Hay que entender que lo que está sucediendo es una crisis que nos lleva a pensar esencialmente en los nichos, los mercados, las naturalezas de producción y los presupuestos. Cuando hablamos de crisis de distribución es muy relativo. Yo creo en los nichos y en la construcción de espacios alternativos. Debemos hacer una reflexión del cine que estamos haciendo, a qué mercado queremos llegar y quién hace ese mercado.
Respecto al tema de a qué público se le quiere hablar y desde dónde, en el seminario El público del futuro, ¿cómo se visualiza este público y estas audiencias de las que tanto se habla y de la generación de las mismas?
Esto tiene que ver con entender que no todo es para todos. Hay que reflexionar sobre los nichos y saber a qué pertenecen. Es un momento en que la comunidad cinematográfica tiene mucho trabajo, hay muchas series en producción, hay muchas comedias. EFICINE ha destapado esos números maravillosos de que producimos 140 películas al año, pero no hay un trabajo que tome en cuenta, desde la perspectiva institucional, toda la cadena de valor. Quien se hace cargo de completar la cadena de valor de una película fuera de ese sistema es la sociedad civil, son estas iniciativas independientes y los recintos culturales y lo que sucede en los estados con apoyo institucional local, vale decir.
Es un momento de poner mucha atención porque la era digital realmente democratizó los medios de producción, pero tenemos que preguntarnos para quién y por qué lo estamos haciendo. No nos podemos quejar si esa película no va a Cinépolis porque no es parte de un aparato de la industria del entretenimiento, es una película que emerge de otro lado, de otra necesidad, con otros objetivos pero que también tiene derecho a tener su público y esos públicos son los que están atendiendo los festivales. Ahora ya hay muchos festivales como Ambulante que distribuyen porque llegan a un nicho o Docs MX que también distribuye, porque si no empezamos a entender que no todo es para la sala VIP, tampoco vamos a entender qué hacer con lo que estamos accediendo para producir y construir nuestro propio discurso. Se debe entender el cine que se está generando dentro de una cadena de valor.
Dentro de los temas que abordan en esta edición de formación se habla sobre «lo correcto y lo incorrecto» en el cine en un presente convulso, ¿desde qué perspectiva lo abordan y cuáles son las líneas que van a seguir para abrir el análisis?
Lo más importante era poner en la mesa que hay una crisis de valor, ¿qué está bien y qué está mal? Por ejemplo, el autor que hace una comedia ligera con personajes femeninos horrorosos, con chistes machistas y albures, ¿está bien o está mal? No sabemos. ¿Es correcto o es incorrecto? No sabemos. Pero también del lado autoral, filmar una película con ciertas condiciones y con ciertos temas y con cierta miseria y cierta estética para agradar a un europeo y así poder ir a Cannes, también me parece cuestionable. Es un momento de mucha confusión y por lo menos vale la pena plantear la pregunta y entender que hay una crisis de valor o ética. Abrir la conversación y ver a dónde llegamos, es interesante. Estamos en un momento de hacernos preguntas, de cuestionar cosas, no sé si para sacar conclusiones o para tomar posturas radicales, pero creo que es el momento más que de establecer grandes verdades, de cuestionarnos.
¿Se puede hablar de un nuevo aire o una nueva ola del cine mexicano?
Cuando hay oleadas de éxito y de películas que se ven se habla de la nueva ola del cine mexicano o la nueva época de oro del cine mexicano. Yo lo que creo es que hay una época maravillosa de diversidad en el cine mexicano. Para mí esta es la era en la que el período de lo digital promueve la diversidad temática, los documentales, los géneros. Ya hay películas de ficción con elementos de documental, hay documentales con animación, hay animaciones con un pedazo de ficción viva… Creo que eso que diversifica, ese acceso a una creación diversa es positiva y es un gran momento. Para mí este es el gran momento de diversidad en el cine mexicano.
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