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El coreógrafo francés se presentó en el Cervantino con Pixel, una pieza escénica que fusiona el teatro, la danza contemporánea y la tecnología
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Imagen: Mourad Merzouki / Diana Carolina Sánchez
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Guanajuato (N22/Víctor Gaspar).- Con una larga y reconocida trayectoria, el coreógrafo Mourad Merzouki (Lyon, 1973) se presentó en el Festival Internacional Cervantino con la coreografía Pixel (2014). Formado en las artes marciales, circenses y también en la danza, el francés está cercano a las expresiones dancísticas más populares entre los jóvenes de su país. Pixel es, además, una investigación.
“Lo que me interesa es hacer dialogar la danza hip hop con otras formas de danza, con el teatro, con la danza contemporánea. Para Pixel quise crear un diálogo entre la danza y las artes digitales. Ha sido un verdadero desafío pero apasionante porque las artes digitales aportan una escenografía virtual para los bailarines y permite ir un poco más lejos en la investigación coreográfica y en el trabajo del espacio. Entonces resulta interesante porque abre posibilidades para la coreografía.”
En opinión de Merzouki, el trabajo entre la coreografía y las artes tales, obliga a replantear la concepción del cuerpo y su interacción con el espacio escénico.
“Cuando se comienza a trabajar con las artes digitales, el peligro radica en ser superado por un dispositivo en donde se pierde lo esencial, en donde se pierde la coreografía. Lo que yo he querido evitar es justamente que este espectáculo sea un espectáculo del dispositivo, porque efectivamente sigue siendo un espectáculo de danza. Eso es algo que yo no he perdido de vista. Hace falta encontrar un buen equilibrio y hemos trabajado durante varios meses para justamente asegurarnos de que el diálogo entre el dispositivo y la danza sea justo y que el espectador vea danza aunque el papel de lo digital sea también importante”, señaló el coreógrafo. Sobre su trabajo señala que “se inscribe en una investigación cotidiana tanto para engrandecer un baile que en origen es demostrativo, un baile de los suburbios. Lo que me complace hacer con este vocabulario, con esta energía, es llegar a un gran público de jóvenes y no tan jóvenes. Me interesa que este baile sea reconocido, que pertenezca y que esté inscrito en un paisaje coreográfico como cualquier otra danza.”
Mourad Merzouki dirige el Centro Coreográfico de Créteil y del Val-du-Marne y la compañía Käfig del que procede el cuerpo de baile. Pixel es resultado de la cooperación entre el especialista en tecnología, Adrien Mondot y la diseñadora Claire Bardainne. No obstante, esta coreografía tiene también una concepción social.
“La singularidad del hip hop, de la cultura hip hop, es que está asociada a un público de los suburbios, un público surgido de la migración. Y eso permite que los jóvenes de diferentes orígenes del mundo se expresen y puedan compartir su sensibilidad y su amor por el arte, por la danza. El hip hop permite esto y es verdad que actualmente se puede ver en la escena en Francia a jóvenes artistas que vienen de los suburbios con orígenes diversos y que gracias a la danza y el hip hop encuentran su lugar en una sociedad que está un poco agitada, desestabilizada, fragilizada, mayormente en estos últimos años”, describió el coreógrafo.
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