- La Madres de la Plaza de Mayo tuvieron la virtud de no ser movimiento y sí una institución civil. Son vigentes en tanto no aparezcan los desaparecidos
CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22).-
Recientemente murió una de la fundadores de la agrupación civil Madres de la Plaza de Mayo, Laura Bonaparte. Sin embargo, esta organización sigue en pié. La vigencia de Las Madres de Mayo tiene que ver con las personas que no han aparecido, éste es un tema abierto en la política argentina, porque es muy probable que las personas no aparezcan, pues tienen más de 30 años desaparecidas y se ha documentado que muchas de ellas fueron llevadas no únicamente a campos de concentración, sino que fueron asesinadas. “Es muy probable que la gente no aparezca”, dijo Gustavo López, profesor Investigador del Departamento de Estudios Jurídicos y Sociales del Tecnológico de Monterrey CCM.
Las mujeres de la Plaza de Mayo es una organización que se creó durante el régimen dictatorial en Argentina. En la década de 1970 muchos de los activistas políticos y líderes sindicales desaparecieron en el régimen de Videla. Ante esto, un grupo de madres de los detenidos decidió juntarse en la Plaza de Mayo, de Buenos Aires, un 30 de abril de 1977. El objetivo era llevarle una carta al presidente de la Junta Militar de ese entonces, Jorge Videla.
El investigador dijo para la Agencia N22 que los movimientos de protesta de mujeres son históricos y se han dado en todos lados. Pero la diferencia con éste es que tuvo la capacidad de no constituirse como movimiento, sino de mantenerse como una estructura civil.
“Normalmente los movimientos sociales desaparecen, en este caso se asumieron como organización, eso les dio la posibilidad de perdurar y tener identidad con el tema de las madres, obviamente no es un movimiento únicamente de madres, sino la figura de ellas es lo que le da un impacto en el sistema”.
Las Madres de la Plaza de Mayo comenzaron con la organización años después de que se suscitó el golpe de estado en 1976. La principal petición era el regreso de sus familiares desaparecidos que durante el Proceso de Reorganización Nacional impuso un sentimiento de miedo destinado a paralizar algún reclamo. Ante esto, ninguna asociación estaba dispuesta a condenar alguna acción del régimen militar.
Éste es el primer tema que no ha podido clarificar la política argentina, afirma Gustavo López, pues ellos manejan una cifra de 10 mil desaparecidos, cuando la organización asegura que son 30 mil. El segundo tópico tiene que ver con que es una llaga abierta en la política argentina, porque ha planteado las debilidades de la democracia “al ser un número tan elevado de desaparecidos, es una cuestión fundamental en ese país”.
A pesar de las condiciones en las cuales se comenzó a gestar la protesta, hace más de 30 años la organización traspasó las fronteras e internacionalmente alcanzó reconocimiento por la presión que ejercían hacia el gobierno, al marchar cada jueves alrededor de la Pirámide de Mayo. Inicialmente se reconocían por llevar un pequeño clavo, luego decidieron cubrirse la cabeza con un pañal de tela blanco.
Muchas de las madres originales han muerto durante el proceso, ahora están las hermanas o hijas, “pero al final de cuentas que hayan perdurado a lo largo de las generaciones deja ver que no sólo es un discurso en pro de los derechos humanos”, también hay un interés de que no vuelva a ocurrir y por lo tanto desarrollar sistemas legales que impidan que eso pase, porque en el contexto de la política latinoamericana “fueron ejércitos formados como milicias de clase social, por consecuente tienen un peso muy importante en la política”.
Entre los logros que han alcanzado como movimiento destacan la presión que han ejercido para crear una ley que busque los mecanismos formales para declarar muertos o encontrados a los desaparecidos. La influencia no sólo generó la iniciativa, también evitó que se declararan muertos, es decir, ellas no han admitido que sus hijos fallecieron o fueron asesinados. “Eso les permite mantenerse porque al final si hubieran aceptado lo que el gobierno argentino quería, obviamente el tema de la protesta hubiera desaparecido.
“En materia de derechos humanos se avanzó en el término de la denuncia, para que haya políticas efectivas con un esquema de denuncias. En muchos países en donde ha habido este tipo de acontecimientos, se han construido mecanismos legales a partir de la denuncia previa que hay de los grupos afectados”.
El movimiento de Las Madres de la Plaza de Mayo, aseguró el analista, ha sido un referente para movimientos de protestas en América Latina, “hay que recordar que movimientos similares se consolidaron en Chile, en Perú, Colombia, no con el tema de madres, pero sí con desaparecidos”.
Como organización han tenido distintos lapsos, entre ellos la división, que sucedió tres años después del regreso a la democracia argentina en 1986. Ese año se formó la Asociación de Madres de Plaza de Mayo liderado por Hebe de Bonafini y las que se agruparon como la Línea Fundadora. Una de las diferencias importantes era el planteamiento de buscar o no a los desaparecidos, porque por un lado era necesario apoyar la búsqueda, pero también se tenía que pensar en colectivo y no individualizar.
“Tienen varios retos que tienen que ver con la renovación del discurso, recientemente se han comenzado a mover a otros temas: la protección de homosexuales, la protección de grupos vulnerables, entonces comienza a moverse a otros contextos para trascender el tema de los desaparecidos, en un contexto en donde las nuevas generaciones, si bien no son conscientes del tema de desaparecidos, sí son conscientes de otras temáticas de derechos humanos”, finalizó Gustavo López.
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