Ernesto Mejía Sanchez, entre la crítica literaria y la poesía

  • La esposa del hijo del escritor centroamericano y sus nietos, Miriam y Ernesto llegaron de manera inesperada; por su parte Alicia Reyes afirmó que es uno de los investigadores más serios en torno a la obra de su abuelo
Por Perla Velázquez

Distrito Federal, 09/07/13, (N22).-  

Muerto
Alfonso Reyes -como se sabe, él hacía hasta el volumen doce de sus obras completas, todo el trabajo relativo a la recopilación de sus libros- y muerto él la persona a la que se le pidió que continuara la edición
de la obra completa de Reyes fue nada menos que a Ernesto Mejía Sánchez, afirmó en entrevista Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua. 

Erudito de primera
línea, trabajador incansable de la crítica literaria y un hombre con cultura
vasta, el nacaragüense Ernesto Mejía Sánchez recopiló durante 20 años el trabajo del humanista
Alfonso Reyes. La labor literaria de esta personaja fue homenajeada en la
Capilla Alfonsina, durante una conversación que entabló Jaime Labastida con los asistentes.
El director de la Academia aseguró que su labor de poeta es menos conocida, pero está bien hecha y estructurada, aunque «no es una gran poesía, pero es un poeta digno. Los
grandes poetas nicaragüenses, que los hay en gran cantidad, son el coronel
Urtecho, Carlos Martínez Rivas, Ernesto Cardenal, no incluiría en ese nivel a
Mejía Sánchez, es un buen poeta, pero no es un poeta a la altura de los que
mencione». 
Mejía Sánchez llegó a la Ciudad de México para buscar un encuentro con el mundo de la literatura; aquí fue profesor, investigador y crítico literario. Además cursó la maestría en letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en donde, según Labastida, pasaba horas en la cafetería del recinto en compañía de Rosario Castellanos y más amigos centroamericanos. 
«´Él
prácticamente se formó en México y su trabajo más importante lo realizó en
nuestro país. Vivió un poco más de 60 años quizá la mitad de su vida la vivió
aquí, y murió aquí en Mérida. Nos pertenece por igual a Nicaragua y a México», expresó. 
La charla que comenzó el también escritor se acrecentó con la llegada de Alicia Reyes, nieta del humanista, quien tiene recuerdos de Mejía Sánchez bastante nutridos sobre el humor del centroamericano, pero en especial mostró agradecimiento por haber recopilado el trabajo de su abuelo. 
De manera inesperada, también la esposa de su hijo Manuel y la nieta y nieto -Miriam y Ernesto- llegaron a la Capilla Alfonsina para enriquecer la visión que tienen de su abuelo. 
Ernesto Mejía Sánchez, después de regresar de Europa, murió en septiembre de 1985 en Mérida a causa de un enfisema pulmonar.
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